Marcelo Katz (Entrevista)
Entrevista a Marcelo Katz autor y director de “Aguas” y “Aire” dos espectáculos que combinan el teatro, la danza y la música.
Romina: ¿Cómo surgió el espectáculo Aguas?
Marcelo: Era primavera del 2007, venía el verano, el calor y pensé en el agua, una banda de payasos, una buena conjunción. Entonces fui al Centro Cultural Recoleta, les gustó la idea y les propuse a los alumnos de la escuela que para fin de año en vez de que cada grupo tratara temas diferentes, que toda la escuela tratara el tema del agua, cosa que nunca había hecho. Lo que funcionara mejor en la muestra de diciembre, a las que les damos mucha importancia, iba a hacer temporada en el Centro Cultural Recoleta. Lo que importaba era que fuera un espectáculo divertido, que fuera clownesco, seleccionamos en principio veinte de espectáculos, y los fuimos probando el primer mes de funciones los que funcionaron mejor se ganaron el lugar. Un poco con un concepto deportivo el jugador que estaba mejor preparado entraba el domingo a la cancha. Hubo números que se hicieron al principio en enero del año 2008 y que después quedaron afuera, otros que se quedaron y fueron creciendo, engordando, encontrando más juegos, más material. La temporada de marzo a abril del 2008 fue un quilombo de gente, críticas buenísimas, y a partir de mayo seguimos todo el año en Aguirre. En noviembre cuando empezó el calor volvimos a Recoleta y ahora estamos a fin de abril terminando la segunda temporada de Aguas que nos sigue dando muchas sorpresas, el domingo pasado quedó gente afuera porque ya no había donde ubicarlos.
Romina ¿Cómo surgió el espectáculo Aires?
Marcelo: Yo quería hacer un espectáculo nuevo, entonces con Javier, que es uno de los actores de Aguas y tiene muy buenas ideas, dijimos si fue bien aguas por que no Aires. A mí me gustan los temas amplios no el té de las 5 de la tarde un día de lluvia y pelearte con la abuela, que puedo hacerlo pero para probar disparadores, probar materiales y situaciones me gusta un tema más abierto y el aire volvió a proporcionar muchas imágines muchos elementos, mucha variedad. Para Aires hice audiciones, aproximadamente doscientas cincuenta hay muchos de los que elegí que eran alumnos de mi escuela, otros ex alumnos y otros no los conocía.
Romina ¿Cuál va a ser el tema del próximo espectáculo?
Marcelo: Me esta rondando la geometría, el tiempo estoy trabajando con esos temas ahora.
Romina ¿De qué se trata la escuela de clowns?
Hay tres niveles, principiantes, intermedios y avanzados. El proceso es personal, hay algunos que hacen el proceso rápido y están un año en principiantes, uno en intermedios y uno en avanzados, es decir, están 3 años en la escuela y se van y hay otros que se quedan 7 años, unos años en intermedios afilando, el juego, la escucha, la vulnerabilidad hasta pasar a avanzados y quedarse ahí un par de años. Yo asocio todo esto con las artes marciales, cuando te dan el cinturón, aunque entres con tu amigo el mismo día por ahí te dan el cinturón amarillo y a tu amigo no o a él le dan el verde en ese momento. Tiene que ver con el proceso de recuperar el juego, poder ser espontáneo, no pensar, dejarte ver, es un proceso fascinante, profundo, difícil y además tiene mucho que ver con tu vida, como viviste, como vivís, que familia te tocó, que hiciste con eso, así que en tres años hay gente que está en un lugar y gente que está en otro, es muy personal, no creo en eso de 1 año, 2 año y 3º año.
Además está la escuela de chicos, que tenemos distintos niveles de 4-5 años, de 6-7 y 8 años, de 9-10 años. 11-12 años y un grupo de adolescentes, las clases son una vez por semana. Se formaron grupos muy lindos, y está abierto a que vengan más chicos a probar a unirse a los grupos. Trabajamos con lo que los chicos traen, los charlatanes su charlatanería, los que son tímidos su timidez, los más locuaces su fluidez. Descubren que lo de ellos es valioso y que no tienen que bailar todos iguales como los personajes de la tele sino que es más expresivo, más personal y más potente cuando uno baila como quiere. Es un trabajo muy fuerte, hacer contacto con el público, que son a veces los otros compañeros o chicos de otros grupos, hacer contacto con los compañeros en los ejercicios. Es un trabajo muy lindo muy liberador. Además estamos ensayando el primer espectáculo hecho por los chicos, con algunos que hace tiempo que vienen y se va a estrenar en junio.
Romina ¿Cómo empezó tu relación con el clown?
Marcelo: Hay dos espectáculos que vi que me pegaron muy fuerte, uno fue “Arturo” del Club del Clown y el otro espectáculo lo vi en Italia. Yo estaba trabajando como actor en el teatro San Martín y nos fuimos a hacer una gira a Europa, allá vi un espectáculo de compañía italiana que se llamaba “Tres hombres en barca”, me encanto pasaba del llanto a la risa salí de ahí y dije yo quiero hacer esto. Pasaron 20 años y estoy cada vez más enganchado no me aburrí, cada vez encuentro mas profundidad, posibilidades, me acerco más al disfrute y a hacer lo que quiero.
Romina ¿Qué te gusta de la docencia?
Marcelo: Me gusta “transmitir”, me viene una frase “uno enseña lo que tiene que aprender”, tengo mucha claridad para transmitir, lo disfruto. Me gusta abrir el camino a otros, ser facilitador, siento que el clown es un camino de conocimiento sobre uno mismo, es un camino sobre poder pavear, tontear, hay mucho trabajo con el hacer tonterías sin juzgarse, disfrutar de eso, ofreciéndolas, que no sean intelectuales, soportar la mirada del otro y la desaprobación del público cuando algo no funciona, convirtiendo esa desaprobación en un trampolín para ir a otro lado y no convirtiéndola en bajón, en una depresión, en abandonar. Todo eso hace que sea un camino de conocimiento sobre uno mismo, me gusta acompañar a la gente a verse y a probar vivir de otra manera, a aflojar exigencias y locuras y ponerlas en juego, a jugar con uno mismo, donde las obsesiones, las paranoias, las hipocondrias y los deliros varios se convierten en el propio material de trabajo y en lo más valioso cuando son cosas con las que uno se pelea constantemente. La gente empieza jugar, a ser espontánea a no pelearse tanto, cuando uno transita de verdad este camino ya no es el mismo, es fuerte estar conduciendo este proceso, estar acompañando a alguien en eso. No me gusta mucho el mundo como se vive, como tomamos las cosas, cuando podemos transformar un poco todo eso, me emociono mucho con las cosas que hacen los alumnos.
No se educa el cuerpo, toda la educación primaria es arriba, de la cabeza. Sabemos muy bien, por ejemplo, como usar los cubiertos pero si le decís a alguien que se siente y se pare del piso sin usar las manos, salvo que haya estudiado danza, no sabe como hacerlo. En el entrenamiento uno se amiga con su cuerpo para usarlo, a diferencia de otros estilos, o trabajos o técnicas de comicidad, la nuestra trabaja mucho con el cuerpo, no es que no usemos la palabra pero el cuerpo esta muy presente. La idea no es que todos usen el cuerpo de una manera estereotipada, sino que cada uno encuentre su forma de moverse, su libertad, su dinámica, su color, libre y expresivo. Pareciera que el canto es para los cantantes, la danza para los bailarines y no es así, el hombre antes de hablar, ya cantaba. En los encuentros grupales de 120 alumnos donde hacemos ejercicios de cantar todos, más de la mitad de los alumnos que dicen “no puedo cantar ni el feliz cumpleaños” y de repente están cantando todos con las directivas de algún profesor y hay algo que es bello. Me pasa con la danza he visto espectáculos de danza con muchísima técnica y que no me transmiten y he visto moverse a alguien que realmente está suelto, que lo siente, que está expresivo y está haciendo contacto, por más que no estire la punta te pasan muchas cosas.
Me gratifica que la gente esté más libre más conectada, más sincera, menos armada, menos caretosa y que disfrute del arte de hacer tonterías que
Implican mucha apertura y mucho camino.
Romina: ¿Un momento especial con la nariz que recuerdes con cariño?
Marcelo: Hace 4 años que no actúo y lo extraño pero estoy por empezar a ensayar un unipersonal. Además estoy viajando bastante, la semana que viene me voy a España a dar clases y voy a varios festivales donde me piden y me preguntan si tengo algo para incluir en la programación, algún espectáculo además de ir a dar clases y no tengo. El año pasado estuve en Portugal, España, Costa Rica, Uruguay en el interior del país y sería muy lindo si además de enseñar pudiera actuar y hasta ahora no me hice el tiempo, no me gusta largar cualquier cosas y la clase y los espectáculos me llevan mucho tiempo. Recuerdo el último espectáculo donde actué que se llamaba “Allegro ma non troppo” donde hacia un personaje clown pianista que vivia adentro de su piano, era muy poético y de delirio y lo extraño mucho.
Datos de interés
Escuela Marcelo Katz
Aguirre 1270
4854-1905
www.marcelokatz.com
Romina: ¿Cómo surgió el espectáculo Aguas?
Marcelo: Era primavera del 2007, venía el verano, el calor y pensé en el agua, una banda de payasos, una buena conjunción. Entonces fui al Centro Cultural Recoleta, les gustó la idea y les propuse a los alumnos de la escuela que para fin de año en vez de que cada grupo tratara temas diferentes, que toda la escuela tratara el tema del agua, cosa que nunca había hecho. Lo que funcionara mejor en la muestra de diciembre, a las que les damos mucha importancia, iba a hacer temporada en el Centro Cultural Recoleta. Lo que importaba era que fuera un espectáculo divertido, que fuera clownesco, seleccionamos en principio veinte de espectáculos, y los fuimos probando el primer mes de funciones los que funcionaron mejor se ganaron el lugar. Un poco con un concepto deportivo el jugador que estaba mejor preparado entraba el domingo a la cancha. Hubo números que se hicieron al principio en enero del año 2008 y que después quedaron afuera, otros que se quedaron y fueron creciendo, engordando, encontrando más juegos, más material. La temporada de marzo a abril del 2008 fue un quilombo de gente, críticas buenísimas, y a partir de mayo seguimos todo el año en Aguirre. En noviembre cuando empezó el calor volvimos a Recoleta y ahora estamos a fin de abril terminando la segunda temporada de Aguas que nos sigue dando muchas sorpresas, el domingo pasado quedó gente afuera porque ya no había donde ubicarlos.
Romina ¿Cómo surgió el espectáculo Aires?
Marcelo: Yo quería hacer un espectáculo nuevo, entonces con Javier, que es uno de los actores de Aguas y tiene muy buenas ideas, dijimos si fue bien aguas por que no Aires. A mí me gustan los temas amplios no el té de las 5 de la tarde un día de lluvia y pelearte con la abuela, que puedo hacerlo pero para probar disparadores, probar materiales y situaciones me gusta un tema más abierto y el aire volvió a proporcionar muchas imágines muchos elementos, mucha variedad. Para Aires hice audiciones, aproximadamente doscientas cincuenta hay muchos de los que elegí que eran alumnos de mi escuela, otros ex alumnos y otros no los conocía.
Romina ¿Cuál va a ser el tema del próximo espectáculo?
Marcelo: Me esta rondando la geometría, el tiempo estoy trabajando con esos temas ahora.
Romina ¿De qué se trata la escuela de clowns?
Hay tres niveles, principiantes, intermedios y avanzados. El proceso es personal, hay algunos que hacen el proceso rápido y están un año en principiantes, uno en intermedios y uno en avanzados, es decir, están 3 años en la escuela y se van y hay otros que se quedan 7 años, unos años en intermedios afilando, el juego, la escucha, la vulnerabilidad hasta pasar a avanzados y quedarse ahí un par de años. Yo asocio todo esto con las artes marciales, cuando te dan el cinturón, aunque entres con tu amigo el mismo día por ahí te dan el cinturón amarillo y a tu amigo no o a él le dan el verde en ese momento. Tiene que ver con el proceso de recuperar el juego, poder ser espontáneo, no pensar, dejarte ver, es un proceso fascinante, profundo, difícil y además tiene mucho que ver con tu vida, como viviste, como vivís, que familia te tocó, que hiciste con eso, así que en tres años hay gente que está en un lugar y gente que está en otro, es muy personal, no creo en eso de 1 año, 2 año y 3º año.
Además está la escuela de chicos, que tenemos distintos niveles de 4-5 años, de 6-7 y 8 años, de 9-10 años. 11-12 años y un grupo de adolescentes, las clases son una vez por semana. Se formaron grupos muy lindos, y está abierto a que vengan más chicos a probar a unirse a los grupos. Trabajamos con lo que los chicos traen, los charlatanes su charlatanería, los que son tímidos su timidez, los más locuaces su fluidez. Descubren que lo de ellos es valioso y que no tienen que bailar todos iguales como los personajes de la tele sino que es más expresivo, más personal y más potente cuando uno baila como quiere. Es un trabajo muy fuerte, hacer contacto con el público, que son a veces los otros compañeros o chicos de otros grupos, hacer contacto con los compañeros en los ejercicios. Es un trabajo muy lindo muy liberador. Además estamos ensayando el primer espectáculo hecho por los chicos, con algunos que hace tiempo que vienen y se va a estrenar en junio.
Romina ¿Cómo empezó tu relación con el clown?
Marcelo: Hay dos espectáculos que vi que me pegaron muy fuerte, uno fue “Arturo” del Club del Clown y el otro espectáculo lo vi en Italia. Yo estaba trabajando como actor en el teatro San Martín y nos fuimos a hacer una gira a Europa, allá vi un espectáculo de compañía italiana que se llamaba “Tres hombres en barca”, me encanto pasaba del llanto a la risa salí de ahí y dije yo quiero hacer esto. Pasaron 20 años y estoy cada vez más enganchado no me aburrí, cada vez encuentro mas profundidad, posibilidades, me acerco más al disfrute y a hacer lo que quiero.
Romina ¿Qué te gusta de la docencia?
Marcelo: Me gusta “transmitir”, me viene una frase “uno enseña lo que tiene que aprender”, tengo mucha claridad para transmitir, lo disfruto. Me gusta abrir el camino a otros, ser facilitador, siento que el clown es un camino de conocimiento sobre uno mismo, es un camino sobre poder pavear, tontear, hay mucho trabajo con el hacer tonterías sin juzgarse, disfrutar de eso, ofreciéndolas, que no sean intelectuales, soportar la mirada del otro y la desaprobación del público cuando algo no funciona, convirtiendo esa desaprobación en un trampolín para ir a otro lado y no convirtiéndola en bajón, en una depresión, en abandonar. Todo eso hace que sea un camino de conocimiento sobre uno mismo, me gusta acompañar a la gente a verse y a probar vivir de otra manera, a aflojar exigencias y locuras y ponerlas en juego, a jugar con uno mismo, donde las obsesiones, las paranoias, las hipocondrias y los deliros varios se convierten en el propio material de trabajo y en lo más valioso cuando son cosas con las que uno se pelea constantemente. La gente empieza jugar, a ser espontánea a no pelearse tanto, cuando uno transita de verdad este camino ya no es el mismo, es fuerte estar conduciendo este proceso, estar acompañando a alguien en eso. No me gusta mucho el mundo como se vive, como tomamos las cosas, cuando podemos transformar un poco todo eso, me emociono mucho con las cosas que hacen los alumnos.
No se educa el cuerpo, toda la educación primaria es arriba, de la cabeza. Sabemos muy bien, por ejemplo, como usar los cubiertos pero si le decís a alguien que se siente y se pare del piso sin usar las manos, salvo que haya estudiado danza, no sabe como hacerlo. En el entrenamiento uno se amiga con su cuerpo para usarlo, a diferencia de otros estilos, o trabajos o técnicas de comicidad, la nuestra trabaja mucho con el cuerpo, no es que no usemos la palabra pero el cuerpo esta muy presente. La idea no es que todos usen el cuerpo de una manera estereotipada, sino que cada uno encuentre su forma de moverse, su libertad, su dinámica, su color, libre y expresivo. Pareciera que el canto es para los cantantes, la danza para los bailarines y no es así, el hombre antes de hablar, ya cantaba. En los encuentros grupales de 120 alumnos donde hacemos ejercicios de cantar todos, más de la mitad de los alumnos que dicen “no puedo cantar ni el feliz cumpleaños” y de repente están cantando todos con las directivas de algún profesor y hay algo que es bello. Me pasa con la danza he visto espectáculos de danza con muchísima técnica y que no me transmiten y he visto moverse a alguien que realmente está suelto, que lo siente, que está expresivo y está haciendo contacto, por más que no estire la punta te pasan muchas cosas.
Me gratifica que la gente esté más libre más conectada, más sincera, menos armada, menos caretosa y que disfrute del arte de hacer tonterías que
Implican mucha apertura y mucho camino.
Romina: ¿Un momento especial con la nariz que recuerdes con cariño?
Marcelo: Hace 4 años que no actúo y lo extraño pero estoy por empezar a ensayar un unipersonal. Además estoy viajando bastante, la semana que viene me voy a España a dar clases y voy a varios festivales donde me piden y me preguntan si tengo algo para incluir en la programación, algún espectáculo además de ir a dar clases y no tengo. El año pasado estuve en Portugal, España, Costa Rica, Uruguay en el interior del país y sería muy lindo si además de enseñar pudiera actuar y hasta ahora no me hice el tiempo, no me gusta largar cualquier cosas y la clase y los espectáculos me llevan mucho tiempo. Recuerdo el último espectáculo donde actué que se llamaba “Allegro ma non troppo” donde hacia un personaje clown pianista que vivia adentro de su piano, era muy poético y de delirio y lo extraño mucho.
Datos de interés
Escuela Marcelo Katz
Aguirre 1270
4854-1905
www.marcelokatz.com
Muy buena entrevista !! Euge
ResponderEliminarFui a ver Aguas y me encantó, me divertí mucho con la maestra y con el número de los sifones. Vayan a verla! Ale
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