Entrevista a Marcelo Velázquez (Teatro)



La Ventana entrevistó a Marcelo Velázquez, director teatral de Ofensa.
1.- ¿Cómo fue la elección de esta obra? Qué es lo que le interesó de Ofensa para llevarla a escena?
Alejandro Samek, el único hijo de Boero y actual dueño del teatro Andamio 90, vino a ver Acreedores a DelBorde Espacio Teatral, en San Telmo, sin saber hasta ese momento que yo me había dedicado a la dirección. Le gustó mucho el espectáculo y creo que se sorprendió para bien por el trabajo que había hecho con esa obra tan difícil. Este fue otro reencuentro. Con los actores de Acreedores ya estábamos pensando en seguir trabajando juntos como equipo porque hicimos un recorrido muy bueno con la obra. Al enterarme de que se estaban organizando algunos eventos para celebrar el aniversario de Andamio 90 el año pasado, en el 2010, les propuse llevar a escena, en el teatro que había sido nuestra casa durante muchos años, la obraOfensa (Esta historia suya) del inglés John Hopkins, que Boero había dirigido hacía quince años en su teatro y que yo, por supuesto, había visto. Quería que fuera un homenaje a ella, a su teatro, y al teatro independiente. Los actores Marcelo Bucossi y Daniel Goglino habían formado parte de la puesta original y con mucha alegría sumé a Mercedes Fraile, también de Acreedores, y a Alfredo Martín para completar el elenco. Y no puedo dejar de mencionar a Mabel Crescente, la asistente de dirección de Alejandra Boero durante todos aquellos años y nuestra amiga, quien se sumó a este proyecto. Seguían los reencuentros. El proceso de ensayos debía ser rápido. La obra ya se había hecho pero me propuse hacer una renovada puesta en escena y otra lectura sobre el texto. Después de tres arduos meses de ensayo (de 3 a 4 veces por semana), estuvimos listos para estrenar. “Ofensa” sigue hablando de la violencia nuestra de cada día. Pero no de aquella que consumimos en los noticieros o en los diarios, sino de la que está arraigada en nosotros mismos como parte de estas sociedades violentas. Una violencia que se expresa en lo cotidiano en una sociedad que nos obliga a cumplir roles que no nos satisfacen, que nos obliga a salvarnos a nosotros mismos, a señalar con el dedo al prójimo, a exigir justicia con más violencia.
2.- ¿Cómo eligió a los actores ?
Como dije anteriormente, conocía a Marcelo Bucossi, a Daniel Goglino y a Mercedes Fraile. Juntos llevamos adelante “Acreedores”, nuestra producción anterior. Con Marcelo y con Daniel trabajamos muchos años juntos en la primera época de Andamio 90 junto a Alejandra que nos dirigía, así que compartimos una historia teatral. A Mercedes la elegí para “Acreedores” después de verla actuar en dos espectáculos, y no dudé que era ella la actriz. Y trabajamos tan bien, tan cómodos y, además, “Acreedores” fue una satisfacción tan grande, que no dudamos en elegirnos para trabajar juntos otra vez. A Alfredo Martín lo conocía como dramaturgo y director y se interesó mucho en participar de “Ofensa”. Armamos un gran equipo y es muy probable que sigamos con nuevos proyectos.

3.- ¿Cómo es poner en escena una obra que Alejandra Boero estreno en 1995 en el mismo lugar?
Fue toda una responsabilidad ya que son inevitables las comparaciones, si bien ya habían pasado quince años de la puesta original. Pero me sentía tan emocionado por homenajear a mi maestra que no resultó un peso sino un gran placer. Trabajé con el guión original con marcas, correcciones y tachaduras de la misma Boero. Me gustó mucho hacer eso porque veía su mano, su imaginario, sus decisiones sobre el texto. Acordé con muchas cosas y también le imprimí mi marca personal y mi mirada contemporánea sobre el tema de la obra que es muy duro. “Ofensa” trata sobre la acusación y muerte por parte de la policía de un sospechado de pedofilia. Imaginé y concreté una puesta en escena muy diferente a la que realizó Boero en el 95, seguramente porque mi imaginario y las elecciones estéticas sobre el teatro y la escena es otro obviamente. Pero creo que a Alejandra le hubiera gustado mucho esta puesta. Marcelo Bucossi y Daniel Goglino, los actores que estaban también en la puesta original, encontraron nuevas aristas a sus personajes y también me confesaron que se sentían ahora más maduros para encarar esta obra.
4.- Estudio con Alejandra Boero, ¿que recuerdos tiene de esa época, de ella como profesora, como defensora del teatro independiente?
Alejandra fue una gran luchadora por el teatro y por la cultura de este país. Con ella recibimos una formación muy rigurosa, muy de escuela, con distintas disciplinas, trabajo corporal, trabajo vocal, clases de actuación. Ahí me formé durante 5 años. Alejandra proyectaba abrir el teatro que es hoy Andamio 90 (que ya cumplió 20 años) y tenía la idea de armar un elenco estable con los alumnos que ella eligiera. Luego de recibirnos, empezamos a trabajar con mis compañeros en el teatro sin parar durante 7, 8 años con lo que ella llamaba teatro de repertorio; es decir, grandes autores, grandes textos y con un elenco de gente desconocida en el medio. Pero su idea era que empiecen a foguearse, a lanzarse al medio teatral. De hecho la mayoría de ese grupo son los que hoy estamos trabajando y dando vueltas por los teatros, gente a la que Alejandra le puso el ojo pensando en que iban a continuar en este camino del teatro. Trabajé en Andamio 8 años, hice como 10 espectáculos; además, mientras estábamos hacíendo las funciones, en la semana ya estábamos ensayando el espectáculo siguiente. El escenario de Andamio 90 fue como un entrenamiento permanente, años de mucho trabajo, muy intenso. Además era una sala que se había empezado a instalar, teníamos muy buen caudal de público y de críticas. Después Alejandra fue dejando ese proyecto, estaba grande y enferma. Cada uno de nosotros seguimos hacia distintos lugares. Todo este ciclo se llamaba Proyecto intergeneracional de teatro: los que vienen, con esa idea futurística que tenía Alejandra: “estos van a ser la nueva generación de teatristas”. De Alejandra aprendimos a trabajar mucho, a no dejarnos vencer por los obstáculos –ella mismo no lo hizo-, y a pensar en la cultura y en la educación como base fundamental para el desarrollo de un país.
5.- Que profesores o maestros marcaron su carrera?
Bueno, Alejandra Boero, por supuesto. Pero siempre busqué buenos maestros, muy generosos, con muy buenas miradas. En puesta en escena mi maestro fue Rubén Zsuchmacher. Estuve tres años en sus talleres de ElKafka. Sabía que ahí iba a encontrar lo que estaba buscando y no me equivoqué. Valoro mucho su trabajo, su experiencia, la mirada sobre los textos. En la docencia teatral aprendí mucho, todavía lo hago, trabajando al lado de Teresa Sarrail, mi amiga y responsable de DelBorde Espacio Teatral donde estrené mis primeros espectáculos. Siempre voy a estar muy agradecido con mis maestros, y sigo aprendiendo.

6.- “Ofensa”, a pesar de haber sido escrita hace mas de 40 años, tiene mucha actualidad, ¿tuvo que hacer cambios para traerla a nuestra época?
En lo sustancial, no cambié nada. La obra tiene una estructura perfecta, propia de la dramaturgia de los años 60 pero sigue siendo muy atractiva. Es muy cinematográfica y en mi puesta traté de dar cuenta de esto. En lo anecdótico tampoco modifiqué nada. Si bien es una obra inglesa y la realidad de la fuerza policial podría ser muy lejana a la de los países de Sudamérica, creo que los espectadores encuentran perfectamente la semejanza. Y como “Ofensa” habla de vínculos entre personas atravesados por hechos de violencia, creo que es una cuestión que nos incumbe a todos en cualquier lugar del mundo. Es cierto que ya han pasado 40 años desde el origen de la obra pero mantiene intacta su vigencia. Quizás esto sea lo más terrible. Algo para que repensemos como sociedad.

7.- ¿Es difícil tratar el tema de la violencia en teatro, como fue el proceso de ensayos y el desarrollo de las escenas?
Fue algo que me perturbó y preocupó durante todo el proceso de ensayos. Es muy difícil trabajar con la violencia física en escena. Se necesita de actores muy dispuestos, entregado y relajados. Yo los tenía. Mi preocupación pasaba por pensar en que esa violencia que exigía la obra iba a resultar ingenua o poco verdadera para los espectadores contemporáneos, acostumbrados a ver los noticieros de televisión, los diarios con sus noticias macabras, el cine. Hasta que no estrenamos no pude comprobar lo que iba a pasar. “Ofensa” tiene escena realmente fuertes de violencia física y verbal. Muchas están en el texto y otras fueron apareciendo en el proceso de ensayos con los actores y de mis propias decisiones, como la escena de la violación sobre la mesa. Pero más allá de esto, hay grandes actuaciones y una mirada estética creo que muy valorable sobre el material.

8.- ¿Algo más que nos quiera contar acerca de la obra?

Que estamos muy contentos por la repercusión de “Ofensa”. Creo que el público disfruta de una muy buena historia, muy bien contada, con una intriga policial y con excelentes actuaciones. Marcelo Bucossi y Daniel Goglino fueron nominados como Mejor actor protagónico y Mejor actor de reparto respectivamente para el Premio Florencio Sánchez 2010/2011. Esto nos estimuló mucho para seguir adelante. Este espectáculo había sido pensado sólo para hacer una breve temporada el año pasado para el homenaje a los 20 años de Andamio 90 pero anduvo tan bien, que aquí seguimos por lo menos hasta fines de julio de este año. Las funciones son los sábados a las 20.30 en Andamio 90, Paraná 660, a tres cuadras de la Av. Corrientes.

9.- ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Bueno, queremos seguir trabajando con el mismo equipo de “Acreedores” y de “Ofensa” en una obra de Harold Pinter, el gran autor inglés, Premio Nobel. Veremos, estamos atrás de eso y muy entusiasmados. Pero sería para estrenar el año próximo al abrir la temporada. Durante este año seguimos con “Ofensa” y cada uno está en algún otro proyecto. Yo mismo voy a actuar pronto en la obra “Puerto Amberes” de Julio Molina en la sala Apacheta.

Muchas Gracias por la entrevista
Romina Soler

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