Entrevista a Nacho Ciatti (Teatro)
Entrevisté a Nacho
Ciatti, autor y director de “Hipnosis, enredaderas, desastres”.
1.- Podes contarnos
sobre el proyecto Manual del Centro Cultural Rojas, ¿de qué se trata?
El PROYECTO MANUAL del Rojas es un proyecto creado por Matías Umpierrez, que ya va por la segunda edición, y que nace a partir de descomponer un Manual de instrucciones hasta llegar a una obra o un material teatral. La idea es trabajar desde una variable no dramática y construir un drama o una puesta. El año pasado estuvo compuesto por directores jóvenes: Walter Jakob y Agustín Mendilaharzu por un lado, Mariana Chaud, y Juan Pablo Gómez. Este año estuvieron Vivi Tellas, Mariana Obersztern y yo.
2.-¿ Por qué elegiste el Manual de Hipnosis de Franco Granone?
Todo se remonta a una anécdota lejana. Sergei Rachmaninov (el monumental compositor ruso), de quien soy devoto, sufrió una gravísima crisis luego de estrenar su primera sinfonía y permaneció en una depresión, un bloqueo de más de tres años, hasta que en 1900, gracias a un tratamiento de hipnosis del neurólogo Nikolai Dahl, pudo superarlo y escribir muchas de las mejores obras de su vida. Este hecho hace tiempo que me llamaba la atención. ¿Qué poderes mágicos se esconden en este procedimiento? ¿Cómo hizo florecer esa catarata de sentimientos en el músico, aún cuando ya estuvieran allí? ¿Cómo abrió esas puertas? Cuando fui convocado para el Proyecto Manual, leí algunos otros manuales pero inmediatamente vi la oportunidad de trabajar con la Hipnosis. Una psiquiatra me facilitó un extenso manual e inmediatamente vi el potencial.
3.- ¿Cómo fue la adaptación de un manual en una obra de teatro?
Todo un riesgo. Una aventura. Era la primera vez que trabajaba de esa forma, similar a un encargo, y sobre un material que si bien me interesaba y deslumbraba no lo había elegido exactamente, más que por la necesidad. Por momentos trabajaba por ósmosis. Lo tenía allí, al lado, mientras escribía. Solo eso. Y por momentos tomaba al pie de la letra las indicaciones del Manual, observaba los dibujos, leía las entrevistas. El libro se descompuso totalmente en la obra de teatro pero la obra es una ficción aparte, que difícilmente podría reconocerse en el Manual.
4.- ¿Cuál fue el
mayor desafío de la obra?
Creo que el mayor desafío de la obra estuvo en el tiempo. En el breve tiempo de maceración y de montaje. Fue una especie de vorágine, tanto la escritura como los ensayos y la puesta. Es una puesta en varias instancias compleja, desde lo técnico y lo escenográfico, y sumado a los distintos tiempos o espacios que plantea la obra (ya que narra la mente de un hombre y sus recuerdos) el desafío estuvo en ecualizar todos los elementos de la puesta y en un muy corto tiempo.
5.- ¿Cómo fueron los
ensayos?
Los ensayos fueron intensos. Los actores se entregaron en disposición y energía. Fueron 2 meses y medio de ensayos. Se ensayó mucho en el espacio del Rojas, que es un hermoso lugar de trabajo y también en el Estudio Ciento Once (de Hernán Moran, Maria Urtubey y Lia Bagnoli). Jugamos mucho al principio y luego ya fuimos al texto porque el tiempo nos corría los talones. Fue intenso, angustiante y muy divertido al fin.
6.- ¿Cómo
seleccionaste los actores para cada personaje?
El elenco de la obra está compuesto por actores que admiro, y con los que quería trabajar hace tiempo. Algunos, como Ignacio Bozzolo y Paula Pichersky, también son amigos y compañeros de ruta. A José Escobar, Lucrecia Oviedo, Cecilia Blanco y Mauricio Minetti los veía trabajar y me encantaban. La idea fue trabajar con un elenco que a mi parecer debía ser sensible a la vez que chispeante. Es decir fresco y sensible. La obra alterna en momentos de humor y de sensibilidad, y todos ellos, los actores de la obra, desbordan de estas cualidades.
7.- ¿Cómo podrías
definir la obra?
Digo que la obra es un diorama de libro. Esos libros que al abrirlos se transformaban en una maqueta, un mundo que nos enseña algo, una arquitectura, el sistema solar, etc. Libros con los que aprendimos en la niñez. Como la obra tiene mucho relacionado al mundo de la niñez, de lo infantil, me parece que ese tipo de libro es un signo que la define mucho. Porque a la vez el libro es la mente que se despliega a lo largo de la obra.
8.- ¿Cómo definiste
el uso del espacio y los objetos escenográficos?
Con Santiago Badillo, el escenógrafo e iluminador, quisimos trabajar con la espacialidad de la sala CANCHA. En altura y en profundidad. Una puesta orientada a explotar lo más posible estas particularidades del espacio (que antiguamente fue una cancha de Pelota Paleta). La idea del Placard con puertas donde nacen los personajes, de donde vienen y a donde se esconden responde a la idea de que todo ¨nace¨ de la mente del protagonista, es decir, al trabajar con sus recuerdos, me pareció bonito el signo de que todo debería nacer de su espacio, entonces una pared de placares (que representa su habitación) es a la vez también su cabeza, y todos los personajes salen de allí. Una especie de homenaje a la película LABERINTO, de Jim Henson. En altura aprovechamos la cancha con la representación de la naturaleza en la obra, simbolizada en el sol. Plantamos un dispositivo en mucha altura que representaba el sol, el ascenso del protagonista al conocimiento, a la iluminación. Al contacto primario con la naturaleza.
9.- ¿Porqué la elección del vestuario deportivo y los colores?
Plantée un vestuario deportivo para llevar todo a la noción de juego, de gimnasia, de deporte. La obra es para nuestro protagonista una ¨gimnasia mental¨ en donde ejercita, mediante las sesiones de hipnosis, su mente y su alma para tratar de comprender y cambiar. La paleta de colores y el vestuario, trabajado por Laila Duschatzky, corresponde a representar un estadio o esfera en cada uno de los personajes.
RILEY es el sol, el sol al cual va a ir hacia el final, por eso es amarillo (un poco jugando también con el mito del amarillo en escena)
ALINA es el naranja porque es su otra mitad, son parte de un mismo color, solo que un reverso.
Los demás personajes están identificados con un color. Y de alguna forma también se quería jugar con los colores MARCADOS, los colores de la infancia, las pinturitas de colores de los chicos. La obra es un falso infantil en cierto punto.
10. ¿Porqué del
título Hipnosis, enredaderas y desastres?
Creo que el título nació del capricho, pero finalmente no, pues todo se configuró. Apareció bien pronto el título y configuró todo lo demás (a veces trabajo a partir de títulos) Hipnosis, Enredaderas, Desastres. Hipnosis siendo el tema a tratar, Enredaderas como el símbolo de la naturaleza que nos ayuda a subir, la idea primaria que no se llegó a concretar era que el protagonista iba a subir sobre el final por una larga enredadera hacia el sol, como una especie de Juancito y las habichuelas, pero por presupuesto quedó solo en lo metafórico, y Desastres por la pérdida de lo amado, por ese micro desastre que es una separación, aludiendo también al desastre natural. La naturaleza abraza toda la obra.
Recomendados de Nacho
Una película: Dos que vi recientemente: Sans Soleil (de
Chris Marker) y La última estacion (sobre los ultimos dias de Tolstoi)
Una canción: Young and Foulish (enn la version de Tony
Bennett y Bill Evans)
Un libro: El último que me maravilló: En Busca del tiempo
perdido I (Por el camino de Swann) de Marcel Proust
Un cuadro: No sé mucho de pintura realmente. Me cuesta
comprenderla. Pero el cuadro Hipnosis, Enredaderas, Desastres, dibujado por mi
amigo Ignacio Bozzolo para ser la postal de la obra, un dibujo bello y sensible.
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