Entrevista a Alfredo Staffolani (Teatro)

Foto: Andrés Benedek
Entrevistamos a Alfredo Staffolani, director de "Un día de verano" de Jon Fosse, que se presenta los jueves en el Teatro del Abasto. Nos contó sobre la elección de la obra, de los actores y sobre su vida en el ámbito teatral ... 

¿Cómo empezaste a relacionarte con el teatro?
Voy al teatro desde muy chico porque tengo una hermana actriz. Entonces además de ser espectador y testigo de su trabajo que empezó mucho antes que el mío, en paralelo leía y miraba bastante y muy variado. Comencé mi formación del lado de la Dramaturgia a la par de la carrera de Comunicación y un tiempo después, me fue imposible quedarme reflexionando, leyendo y escribiendo, y decidí tomar clases de actuación.

¿Quiénes fueron tus maestros?
Me formé principalmente con Gonzalo Martínez, Federico León y Rubén Szuchmacher en actuación y con Rafael Spregelburd, Horacio Banega, Lautaro Vilo y Alicia Steimberg en Dramaturgia y escritura creativa, entre algunos otros maestros.

¿Cómo fue la elección de la obra y la oportunidad de dirigirla?
Elegí la obra porque después de leer lo que está traducido al español de Jon Fosse, pensé que era una obra que tenía la posibilidad de hacer síntesis de su poética: el cruce de situaciones inocentes atravesadas por un discurso muy íntimo y sensible de cada uno de sus personajes. La oportunidad para dirigirla vino del lado de una Convocatoria de la Embajada de Noruega que gané, y luego me permitió ponerla en escena y recibiendo apoyo económico para poder hacerlo.

¿Cómo fue la selección de los actores?
Desde la primera lectura pensé en María Ibarreta, dado que la obra se constituye como un soliloquio que manipula la narración de principio a fin, y era necesario contar con alguien que pudiera dejarse llevar por esa intensidad sin pudor, pero con la intuición necesaria para descubrir al autor.
Luego, fui imaginando cómo esos personajes iban y venían del presente al pasado, y me encontré con María Dupláa, Fabián Carrasco, María Eugenia López, Juan Manuel Castiglione y Fabiana Falcon, un grupo que pudo contener la posibilidad de sostener el realismo de las situaciones con una imaginación fantástica y desconocida que tiene “lo noruego” dentro de la obra y entregarse con mucha sensibilidad.

¿Cuáles fueron los desafíos de la puesta en escena?
Los desafíos de la puesta fueron, por un lado, quitar toda pretensión intelectual que tiene un autor existencialista para narrar una historia con temas bien concretos, como el amor, la ausencia del otro y el paso del tiempo. Por el otro, buscar mecanismos (desde la escenografía, la luz, el vestuario, y la interacción entre los actores) donde la palabra no fuera un elemento reconocible en nuestra tradición teatral, más arraigada a lo criollo, sino que permitiera descubrir una textualidad ajena, una verdad posible en un universo desconocido de fiordos, hielo, silencios, y costumbres impensadas.


¿Cómo describirías la obra?
La obra narra una tarde de verano en la que Una mujer recibe la visita de una amiga a la que conoce desde hace muchos años. Esta visita traerá consigo un recuerdo: Una tarde, cuando la misma amiga había venido de visita, hace más de veinte años, el marido de la mujer había salido a pescar y nunca volvió.
Este acontecimiento, ahora, en la memoria de la mujer, aparece fragmentado,  y hará dialogar al presente con el pasado, buscando una comunicación posible y virtual entre lo que se puede poner en palabras, y aquello que queda como una manifestación en el espacio, un cuerpo no visible que aparece y desaparece.

¿Qué podés contarnos de Jon Fosse?
Jon Fosse es un autor noruego que tiene alrededor de sesenta años. Es poeta, narrador y dramaturgo, con formación en Filosofía y luego en Letras. Es reconocido en Europa por ser el autor más representado en la actualidad. Trascendió el realismo nórdico de Ibsen o Strindberg aportando una visión existencialista a la vida cotidiana. Sus obras requieren de un trabajo técnico para los actores, menos apegado a las acciones físicas y mejor vinculado a la relación de un cuerpo afectado por la reflexión universal, todo esto a partir de situaciones fácilmente reconocibles. Los temas giran en torno a la juventud, la amistad, el paso del tiempo y el amor.

¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Una vez que termine Un día de Verano, comienzo a trabajar en una obra que escribí y voy a dirigir en la segunda parte del año. Se llama Bola de Nieve, y es la historia de tres hermanos anglicanos de Bélgica que esperan la salida de su padre de la cárcel luego de que él los estafara.
En esta obra vuelvo a reunirme con mi grupo creativo, de producción, y con los actores de la mayoría de mis obras anteriores. Además es la primera vez que además de escribir y dirigir, voy a actuar.



Foto: Andrés Benedek
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Entrevista realizada por Romina Soler para La ventana arte y cultura 


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