Entrevista a Ezequiel Gaitan (Teatro)

Entrevistamos a Ezequiel Gaitan, autor y director de la obra "El globo rojo", nos cuenta sobre la obra, la elección  de los actores, los ensayos ...

1.- ¿Cómo empezaste a relacionarte con el teatro?

Fue un camino sinuoso, primero estudié Dirección de Cine. Hice varios cortometrajes y videoclips, dónde me di cuenta que no hablaba el mismo lenguaje que esos bichos raros, los actores. Para intentar dirigirlos empecé a estudiar actuación, y descubrí un mundo extraordinario. Empecé a ver mucho teatro y a complementar la actuación con talleres de puesta en escena y dramaturgia. Descubrí que las posibilidades se ampliaban, el juego en el teatro me resulta más atractivo.

2.- ¿Quiénes fueron tus maestros?

En la carrera de cine, uno de los más interesantes fue Santiago Loza, quien justamente, además de estar dirigiendo cine, está abocado al teatro. Dentro del teatro comencé con Roxana Berco, Leonardo Saggese y actualmente estoy con Mariano Gonzalez en el Sportivo, con quién comprendí ciertas cuestiones fundamentales del tipo de teatro que me interesa. También fue importante, particularmente para esta obra, Paula Baró, quien dirigía un laboratorio de artes escénicas desde el cuál surgió este proyecto.

3.- ¿Cómo fue la elección de los actores?

Jazmín, la dama, quién además es mi novia, es parte fundante del proyecto, ya que estuvimos trabajando juntos desde el germen de la historia, cuando era apenas un par de líneas en un papel, hasta la producción y detalles últimos de estos meses de funciones que estamos iniciando.
Y los talentosos y multifacéticos muchachos, Nico, Fer y Walter, somos todos compañeros del Sportivo Teatral, amigos con los que venimos produciendo desde hace un par de años. Y ese espacio de trabajo compartido unifica algo en la mirada, en la forma de trabajar, en cómo pensar el teatro. Con lo cual se hace todo más sencillo ya que hay un territorio conquistado.

4.- ¿Cómo fueron los ensayos?

Muy divertidos, la obra tiene mucho humor, somos todos muy particulares y cada uno es un universo. Por suerte nos complementamos muy bien y algo de las personalidades de cada uno terminó configurando cuestiones fundamentales de los personajes. De hecho con sus habilidades particulares todos aportaron algo esencial a la obra.
Porque si bien partimos de un boceto de libreto, la obra realmente fue creciendo a partir de lo que proponía cada actor, trabajamos mucho, muchísimo, hasta encontrarle la forma actual. No es producto solamente de trabajo de escritorio, las mejores cosas surgieron de improvisaciones e incluso del azar mismo. Lo que ve el espectador es la punta de un iceberg.


5.- ¿Cómo definirías esta obra? 

Es una historia de amor, o de desamor, o de ambas. También es una película. Seguramente por haber estudiado cine, la obra es muy cinematográfica, tiene un montaje elíptico, una voz en off encarnada por Walter, música en vivo y proyecciones que construyen diferentes espacios. 
Es música, imágenes, recuerdos, que todos alguna vez tuvimos. Es reírnos de nosotros mismos.

6.- ¿Cuáles son las ventajas de escribirla y dirigirla?

Uno creería que la principal ventaja es que como director sabría perfectamente qué quiso transmitir el dramaturgo, pero esto no es así, por lo menos en mi caso. Cuando empiezo a trabajar realmente con los cuerpos vivos, con las luces y con la música, ahí recién comprendo mucho de lo que tenía el texto cómo potencia, como posibilidad. Cada palabra o momento puede ser muy diferente cuando se encarna. Creo que la principal ventaja es poder descubrir de qué se trata lo que uno escribió.

7.- ¿Por qué el nombre de la obra “El globo rojo”?

Todas las parejas tienen una canción, una imagen, una película que los representa, que los acerca, que los hace recordar buenos momentos. El globo rojo, esa película, es una contraseña secreta, un vínculo íntimo, para la pareja de esta obra.

Recomendados de Ezequiel

Un libro: Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño
Una canción: I´am mine, de Pearl Jam
Una película: El globo rojo, je, no, La noche americana, de Truffaut.
Un cuadro: Autorretrato de Van Gogh

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