Padre Carlos, el rey pescador (Teatro)
Una visión sobre la vida del Padre Carlos Mugica
Libro de Cristina Escofet
Actuación: Pablo Razuk
Dirección: Jose Maria Paolantonio
Continúan las funciones de la obra “Padre Carlos, El rey pescador” de Cristina Escofet protagonizada por Pablo Razuk acompañado por Sol Ajuria (Canto), Javier Nahum (músico en vivo), vestuario y escenografía: Alejandro Mateo, música: Sergio Alem y Raúl Oliveira, iluminación: David Seldes, producción: Aldana Aprile, dirección general: Jose Maria Paolantonio.
Las funciones se realizan todos los viernes y sábados a las 20:30 hs. en el Korinthio Teatro. Mario Bravo 437. Tel: 2072-8803. CABA.
Duración de la obra: 75 minutos. Entradas desde: $100.www.facebook.com/padremugica
“Ahora, mas que nunca, tenemos que estar todos juntos”. Carlos Mugica.
ACERCA DE LA OBRA
Se trata de trabajar la memoria, desde lo “político visceral”, atravesando el “dato” aportado por la historia, componiendo latidos, pulsos personales y de la época. Acercando lo textual a lo testimonial, y acercando tal vez el testimonio a lo confesional, restituyendo metáfora y mito a la vida de un “obrero de la fe” como lo fue Carlos Mugica. Formar parte desde el arte, de esta conciencia de la historia que nos abarca y nos compromete como sujetos políticos.
MIRADA DESDE LA PUESTA
Una vida en conflicto, en un relato poético difícil de olvidar. Un actor de temperamento, sensible, en la mejor edad para usar toda su fuerza y toda su sutileza. ¿se puede dar mejor oportunidad para un director?... El espacio, pequeño, íntimo, que hemos podido agrandar como si las paredes fueran flexibles y planas: desde el piso hasta casi el techo. Y una escena cercana, como para borrar los límites entre actor y espectador. Una música original, profunda, un cello y una cantante que apenas roza las notas. Una luz siempre encendida, para que nos veamos todos. No hay “ustedes”, solo somos “nosotros”.
Una vida en conflicto, en un relato poético difícil de olvidar. Un actor de temperamento, sensible, en la mejor edad para usar toda su fuerza y toda su sutileza. ¿se puede dar mejor oportunidad para un director?... El espacio, pequeño, íntimo, que hemos podido agrandar como si las paredes fueran flexibles y planas: desde el piso hasta casi el techo. Y una escena cercana, como para borrar los límites entre actor y espectador. Una música original, profunda, un cello y una cantante que apenas roza las notas. Una luz siempre encendida, para que nos veamos todos. No hay “ustedes”, solo somos “nosotros”.
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