Entrevista a José Luís Peixoto (Libros)
Gentileza PH Patricia Pinto |
Tuve el privilegio de
entrevistar a este talentoso escritor portugués cuya obra poética y de ficción
figura en decenas de antologías y ha sido traducida a más de veinte idiomas.
Vino a Buenos Aires a participar del Filba y a presentar su última novela “Galveias”
editada por Random House. Hablamos de su infancia en un pequeño pueblo rural,
su acercamiento a los libros, su primera novela y muchas cosas más.
Entrevista
Romina Soler : Me
gustaría empezar por preguntarte ¿Cómo fue tu infancia? Y en relación a eso
cómo nace tu relación con los libros y las primeras lecturas.
José Luís Peixoto: Nací
y crecí en un pueblo pequeño en el interior de Portugal que se llama Galveias y
que es el título de mi última novela. Galveias tiene alrededor de mil
habitantes y mi infancia tiene mucho que ver con ese lugar con características
propias dentro del contexto portugués. Se trata de una ambiente rural y de
algún modo me ha permitido una infancia muy libre, donde puedo decir que llegué
a conocer y relacionarme con los mil habitantes de ese pueblo, porque en un
lugar tan chico como ese toda la gente se conoce. Fue una infancia en la cual
los libros llegaron despacio, pero con mucho tiempo para disfrutar de ellos. Mis
primeros contactos con los libros fueron de una manera muy curiosa, y hoy en
día para la mayoría del mundo un poco rara, era a través de lo que llamamos “biblioteca
itinerante”, se trataba de un coche lleno de libros que llegaba al pueblo una
vez al mes y se aparcaba en la plaza principal. En ese tiempo empecé a leer
libros que no eran necesariamente para mi edad y que me abrieron muchos
horizontes y sueños.
Yo nací en el año de la
revolución, que terminó con la dictadura portuguesa, y por eso 1974 es un año
muy importante en la historia reciente de Portugal. En ese año se empezaron a publicar de una
manera sistemática los libros que antes eran prohibidos, muchos de ellos con
visiones políticas y sociales que de algún modo se planteaban en contra de la
dictadura. Algunas de esas novelas de tinte neorrealista fueron las primeras
lecturas de libros de adultos que más me marcaron, muchas de esas novelas
hablan de mi región, una zona de latifundios donde es muy visible la cuestión de los trabajadores
y los propietarios. De todas formas, lo que realmente me llevó a escribir fue
la poesía portuguesa, que tiene una gran tradición y grandes autores. No es
fácil que uno se quede indiferente ante ellos, como en el caso de Fernando Pessoa.
R.S. ¿Cómo fue el paso
de esas primeras lecturas a la escritura, a bajar tus palabras en un papel?
J.L.P.: Lo que más me
sedujo de la escritura es que tenía un espacio donde ejercer todas mis
voluntades, donde todo lo que deseaba era posible. Las primeras palabras
llegaron con la admiración de distintos textos que leí y la intención de hacer
lo mismo. Al tiempo me quede muy impactado con la posibilidad de escribir sobre
las cosas que estaban ahí y yo conocía. Cuando uno vive en un pueblo pequeño del
interior se acostumbra que lo que conoce y está a su alrededor nunca es materia
de las películas del cine o de la televisión, entonces ponerlo en papeles y
mirarlo de esa forma en un juego que me gustaba mucho. De alguna manera se
puede decir que la literatura me atrapó, me quedé envuelto en esa red y ya no
tuve la posibilidad de salir ni de mirar las cosas de otra manera.
R.S.: ¿Cuál de tus libros fue el primero en ser
publicado y qué podes contarnos de él?
J.L.P.: Mi primer libro
lo publique en edición de autor es un libro que aquí llegó por una edición uruguaya,
que también se editó en Colombia y en España. La edición en español se llama “Historias
de nuestra casa” y junta dos de mis libros. El primero que publiqué y que es el
primero de esa edición se llama “Te me moriste”, lo escribí entre los 21 y los
22 años y lo publique a los 26 años, habla sobre la muerte de mi padre. Es un libro íntimo que abre un camino
que para mí fue muy importante, porque de algún modo todo lo que escribí
después lleva algo de ese pequeño libro. La segunda historia publicada, en la
versión en español, es otro libro que se llama “Cal”, que es la materia con la cual las casas
tradicionales están pintadas todas de blanco. Es un libro en el cual los
protagonistas de cada relato son personas mayores y las historias tienen lugar
en un espacio rural. Esta edición conjunta decidí llamarla “Historias de
nuestra casa” porque los dos libros, de alguna manera, son muy próximos a mi
experiencia personal.
R.S.: Tenes una gran
trayectoria como escritor a nivel mundial, con 5 novelas publicadas, múltiples
libros de relatos, poesía y varias obras de teatro, quisiera saber si ¿Tenés
una rutina para escribir o una forma de organizarte?
J.L.P.: Si, hay un período
en el cual no escribo nada en el papel pero trabajo la idea mentalmente, intelectualmente,
y después otro período en el cual realmente empiezo a escribir, para todo eso
se tiene que tener disciplina. Lo ideal es tener todo el tiempo y
disponibilidad, pero en el mundo real lo que pasa es que uno tiene muchas más cosas
que hacer y si no tenes una organización, una disciplina, difícilmente logra alcanzar
tu pleno potencial de trabajo. Escribo a cualquier hora del día en mi computadora,
creo que es una manera limpia y me parece poética en el sentido que uno escribe
en la luz. Yo estudié dactilografía en la escuela y me gusta escribir con todos
los dedos, poner las manos como si estuviera amasando el pan o tocando el
piano. Escribo cuando puedo y mucho.
R.S.: Ahora me gustaría
preguntarte acerca de “Galveias”, tu última novela, que como nos contaste lleva
el nombre del pueblo donde naciste, ¿cómo se fue gestando esta historia que
encierra tantas historias?
J.L.P.: Esta novela
viene como consecuencia de lo que escribí antes, sobre todo de ese primer libro
“Te me moriste”, que publique hace 16 años y algunos libros en los cuales me
detuve sobre mi propia identidad. Galveias es un pequeño pueblo portugués, que incluso
en Portugal mucha gente no conoce, pero que existe y eso tiene mucha
importancia. Yo crecí ahí y quería hacer una novela que reflexione sobre esa
pequeña comunidad, sobre las relaciones entre los habitantes y al mismo tiempo
hacerle un homenaje a ese espacio concreto, a ese tipo de vida y confrontarlo
con otras posibilidades, y al mismo tiempo dejarlo fijo. Así llegue a la idea
de escribir una novela con ese título. Después vino la tarea de encontrar todo
lo necesario para que la novela pudiera justificar un título así. Lo que hoy existe
es una novela hecha de múltiples personajes que es la suma de muchas historias,
de muchas miradas, una multitud de personajes algunos más positivos otros más
negativos, con distintos sabores, que intentan sugerir una comunidad, un
colectivo de personas.
Hay un aspecto curioso
que es la manera como el libro es leído dentro y fuera de Galveias. Las
referencias geográficas existen porque las calles están ahí así como la plaza, la
escuela, todo se puede visitar, pero lo que es autobiográfico y lo que es
ficcional es una especie de tesoro que solo puedo compartir con las personas de
Galveias, y ellos lo saben por lo tanto, yo no necesito explicarle nada. Esa es
una pequeña ventaja que tienen los habitantes respecto de los demás lectores.
Es curioso, pero no es lo mismo leer este libro en Argentina que leerlo en
Portugal. Esto permite una reflexión sobre como la literatura atraviesa
espacios y culturas de una manera muy concreta. Yo creo que hay algo muy
peculiar en el hecho de que la ruralidad siendo muy específica de algunos
lugares tiene características transnacionales, por ejemplo, hay aspectos de la
ruralidad argentina que se comunican de manera directa con la ruralidad
portuguesa o china. Además de la ruralidad está la cuestión de las pequeñas
comunidades que tienen características propias, aunque creo que las grandes ciudades
como Buenos Aires están compuestas por distintas comunidades formadas por una
persona y la gente con la que se relaciona. En el libro se habla de Galveias
como un pueblo que es una isla, que no es perfecta porque se comunica con otros
lugares pero que tiene las fronteras muy marcadas. De algún modo de forma más
difícil de definir creo que todos tenemos nuestra Galveias, nuestra comunidad,
nuestro círculo.
R.S.: En el inicio de
la novela se habla de un meteorito que cae en el pueblo, es algo que tomaste de
la realidad?
J.L.P.: La caída del
meteorito no existió, es una metáfora, es algo que toca todas las figuras, los
nombres, los personajes. En la novela todo esta nombrado con la excepción de la
cosa que cae, los personajes se refieren a ella como “la cosa sin nombre” y que
de algún modo hay cosas sin nombre que cuando ganan nombre pierden su fuerza.
R.S.: ¿Cuánto tiempo te
llevó escribirla?
J.L.P: Empecé a concebirla
después de mi novela anterior que se llama Libro. En el medio escribí otras
cosas, pero puedo decir que “Galveias” me llevó aproximadamente dos años
escribirla.
R.S.: Quisiera hacerte
una pregunta personal ¿Todavía vivís en Galveias?
J.L.P.: No, me fui hace
mucho tiempo. Recién cuando salí de ahí empecé a escribir sobre Galveias, creo
que tiene que ver con la necesidad de perspectiva que te da la distancia. Al
mismo tiempo muchas veces desgraciadamente solo cuando perdimos algo nos damos
cuenta de todo lo que tenía de positivo. En los años de la adolescencia yo
quería salir y conocer otras cosas, vivir en un lugar más dinámico para un
adolescente, cuando salí de allí me di cuenta de lo mucho que me hacía falta y
que estaba presente en mi centro, en mi estructura.
Entrevista a José Luís Peixoto por Romina Soler para La ventana
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