Entrevista a Sergio Beron (Teatro)
Entrevistamos a Sergio Beron, director y co-autor de la obra "Aquello que me llevó a partir" con la actuación de Sebastián Saslavsky, que se presenta todos los sábados a las 23 horas en el teatro El ópalo (Junin 380, CABA). Nos contó sobre el proceso creativo y el equipo de trabajo que hizo posible esta obra.
1. ¿Cómo surgió la idea de la obra?
La idea de hacer una obra junto a Sebastián
surge luego de transitar un seminario en el estudio de Marcelo Savignone. Allí nos conocimos y a partir de lo recorrido
en el territorio Becketiano nos decidimos a trabajar en un montaje donde el
juego actoral se desarrollara a partir del tema concreto de la espera, eje
central de nuestra obra. De este modo nos encontrábamos como grupo expresando
nuestras inquietudes y pensamientos.
2. ¿Cómo
fue la dramaturgia junto con Sebastián Saslavsky, quien además es el actor de
la obra?
No hubo una manera de escribir la
dramaturgia, si no que en cada ensayo utilizábamos distintas herramientas para
poder activar el juego. Una vez ahí, con el cuerpo del actor en movimiento y su
disposición en el espacio comenzaban a surgir imágenes que nos proponían un
propio lenguaje. Así fue construyéndose de a poco nuestra dramaturgia, cuidada
y dirigida especialmente a lo que el drama necesitaba. A diferencia de otros métodos, el nuestro no
comenzó con la pregunta ¿qué queremos contar? Si no que nos topamos con la
respuesta a medida que íbamos trabajando, explorando e indagando el material
desde el hacer físico. Una vez que tuvimos algunas escenas
trabajadas se hizo visible un hilo conductor, un acontecimiento que podía unir
estas escenas dándonos la posibilidad de trabajar en una historia. Esta fue la
etapa del montaje, el como contar lo que estábamos descubriendo que queríamos
contar, la estrategia. Fue ahí donde se empezó a despertar el
sentido de la obra y descubrimos el para qué de contar esta historia. Esto nos llevó a tomar las últimas decisiones
con respecto a lo espacial, la síntesis y el tipo de lenguaje que
utilizaríamos.
En lo personal, esta oportunidad de trabajar
desde afuera de la escena me conectó con otra parte de mi creatividad, poder
ver lo que le daba el actor al drama luego de la propuesta sugerida me llevaba
a un territorio poético donde las posibilidades se ampliaban y el juego se
volvía mucho más visible.
3. ¿Cómo fueron los ensayos?
La metodología del trabajo en los primeros
ensayos fue la del manchado en el espacio con objetos que puedan aportar al
mundo que estábamos armando. Desde los primeros encuentros lo que buscamos era
activar el juego, de esta manera se abrían las opciones hacia dónde llevar el
material.
Pasamos por muchas etapas, fue un proceso
largo, artesanal, donde en cada ensayo se proponían nuevas ideas,
hipótesis. Muchas veces tuvimos que volver hacia atrás,
replantearnos la metodología, revisar la dramaturgia y volver a empezar. La
constancia y dedicación fueron dos herramientas fundamentales para transitar
esta experiencia.
En cada ensayo fuimos probando distintas
posibilidades escenográficas, uso de objetos y formas de utilizar el espacio
hasta ir encontrando la que más nos inspiraba.
4. ¿Cómo definirías la obra?
Como una comedia dramática centrada en la
experimentación sobre el ritmo y la síntesis que nos brinda el juego del clown
trágico, donde el personaje trasciende la propia espera develando sentidos más
profundos los cuales a todos nos interpelan como son los mandatos, el deber ser
y el ir en contra de nuestros principios con tal de agradar y ser
queridos.
5. ¿Cuál fue el desafío de trabajar en equipo
con Sebastián para dirigirlo y escribirla juntos?
El desafío más grande como director fue
manejar la ansiedad que genera el vértigo de crear algo desde la nada, sin
tener un texto, un tema del cual partir.
Como con Sebastián nos conocimos entrenando
en un espacio con un lenguaje en común y ambos compartimos gustos similares en
lo que nos inspira para crear (cine, libros, música, imágenes, poesía) no fue
un desafío acordar por donde abordar el trabajo, sino que lo íbamos
descubriendo a medida que íbamos creando.
Cabe destacar que llegando al final del
proceso creativo y montaje se sumaron los encargados de las distintas áreas de
trabajo, Natalia Suárez se encarga de la
asistencia de dirección y junto a Soledad Cardigni y Andrea Guerrieri
participaron con la colaboración artística, Cristian Cabrera desde la
escenografía, Leticia Agesta desde la iluminación y Luciano Rosini desde el
vestuario aportaron su conocimiento a
favor del material e hicieron que el trabajo se profundizara y tomara su vuelo
poético.
6. ¿Cómo fue la elección del teatro y los
ensayos en la sala?
Al ser una obra que se presenta prácticamente
despojada de escenografía donde buscamos que el actor y su cuerpo sean las
herramientas centrales de construcción necesitábamos un espacio que nos brinde poder contar varios
mundos, componer distintas imágenes.
Esto lo tuvimos en cuenta durante la búsqueda
de la sala y luego de recomendaciones llegamos a "El Opalo teatro" de
Nelson Rueda y Corina Fiorillo. Allí nos encontramos con un ambiente cálido y
confortante como para poder presentar este cuidado material. Por sus dimensiones
en cuanto al espacio y la calidad humana de quienes lo sostienen sabíamos que
era el sitio ideal para abrir las alas y dejar volar nuestro trabajo.
Desde el primer momento que presentamos
nuestro material, Nelson se mostró interesado y le gustó mucho la propuesta.
Nos brindó su apoyo para que todo sea más fácil y a partir de allí el vínculo
ha sido muy bueno con él y con todo su equipo de trabajo. Estamos muy
agradecidos de poder, sábado tras sábado, encontrarnos allí para compartir
nuestro arte.
En cuanto a los ensayos, no fueron necesarios
muchos en el teatro, ya veníamos con un bagaje y solvencia muy fuerte después
de dieciocho meses de trabajo y la
adaptación al espacio fue muy rápida por lo antes mencionado
.
7. ¿Cómo
fue la elección del título de la obra?
El material necesitaba un título que invite
al espectador a entrar en el mundo que nosotros proponíamos.
La obra habla de un personaje a punto de irse
de viaje, de partir hacia un lugar desconocido donde nunca estuvo. Algo lo
lleva a tomar esa decisión. Podemos
encontrar entonces un paralelismo entre "el viaje real" (lo que lo
lleva hasta ese aeropuerto a viajar hacia un país que no conoce) y eso que en
la espera misma lo hace "viajar" hacia su interior, para conocerse,
escucharse, preguntarse por primera vez y permitirse "partir" de él
mismo, de sus mandatos y de lo que hicieron de él.
"Aquello que me llevó a partir" nos
pareció adecuado porque encierra esta metáfora, de una manera poética el
título se completa con la mirada del espectador luego de ver la obra.
Recomendados de Sergio
Un libro: La preparación del director (Siete
ensayos sobre teatro y arte). Anne Bogart.
Una película: Eterno resplandor de una mente
sin recuerdos. Michel Gondry
Una Canción: La paranoia tecnológica. Tabaré
Cardozo-Agárrate Catalina.
Una
obra de arte: Figura en una finestra (Figura en una ventana) de Salvador Dalí
Entrevista realizada por Romina Soler para La ventana arte y cultura
Aquello que me llevó a partir
Funciones los sábados a las 23 horas
Teatro El ópalo (Junin 380 - CABA)
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