Entrevista a Anabella Sarrias (Teatro)
Entrevisté
a Anabella Sarrias dramaturga y
directora de la obra teatral “La
cerradura”, que pueden ver en funciones especiales el sábado 6 de julio, 10 de agosto, 19 de octubre y 9 de noviembre a las 20 horas en el Teatro Hasta
Trilce en Maza 177, CABA.
Romina:
¿Cómo fue tu infancia relacionada con el teatro y la fotografía?
Anabella:
Desde chica me gustaba disfrazarme con todo lo que encontraba en mi casa y creaba
personajes, recuerdo que siempre terminaba los domingos de comidas en familia tratando
de hacer algún sketch, era bastante intensa. Con la fotografía en mi infancia
no tuve contacto, quizás por la época, donde una cámara no estaba al alcance de
la mano como ahora. Sí desde muy chiquita dibujaba y pintaba mucho y bastante
bien, según me decían. A los 9 años mis papás intentaron llevarme a la escuela
de Bellas Artes de Avellaneda con todas mis carpetas y dibujos a cuestas,
porque yo quería estudiar pintura, pero luego de una larga charla con las
autoridades, no me dejaron entrar por mi corta edad, todavía recuerdo el
momento cuando volvía a mi casa, tenía una desolación inmensa. A mis 22 años, empecé
a conectar recién con la fotografía, sacándole fotos a bandas de rock, al mismo
tiempo que seguía pintando, pero me empezó a suceder que con la facultad y el
trabajo no tenía tanto tiempo para pintar y me pasaba algo recurrente: pintaba
todo muy oscuro y no podía salir de ese lugar. Fue cuando me di cuenta que sacando
fotos podía lograr el resultado de un cuadro pero de forma inmediata. Por eso
mis fotografías tienen cierto estilo de composición pictórico y llevan siempre
un título. Las trato creo que inconscientemente como cuadros.
R:
¿Qué talleres o cursos de formación teatral y de fotografía hiciste?
A:
Tuve mi primer contacto con el teatro en primer año de la escuela secundaria
con Javier Fernández y desde allí no pude alejarme más. Pase por varios
talleres de formación, me gusta probar nuevas técnicas y ahondar en lugares desconocidos
y no cómodos para mí. Creo que ahí está la clave para crecer. En mis inicios
tome clases de teatro con Mariano Saba y Juan Coulasso era una dupla increíble.
Luego seguí unos años más con Juan, de quien aprendí muchísimo, tuve suerte de
toparme con ellos en mis inicios. Me marcaron y me sirvieron mucho de guía en
mi trabajo. Entre otros, estudie improvisación con Ricardo Holcer, creación del
personaje con Héctor Lago Olivera, clown con Pablo de Nito, montaje con Juan Coulasso
y Jazmin Titiunik en Rosetti. Luego estuve varios años en el estudio El Cuervo,
donde tome clases con Pompeyo Audivert y Andrés Mangone, quienes me abrieron a
un campo poético e histórico increíble que nunca pensé alcanzar, y desde el año
pasado estoy en el Sportivo Teatral tomando talleres y seminarios con Ricardo
Bartis. En relación a la fotografía realicé talleres de manejo de cámara en el
Centro Cultural San Martin y en el Centro Cultural Rojas y estudie iluminación
en la Escuela Motivarte.
Foto: Anabella Sarrias (AnT) |
R:
¿Cómo nació la obra La cerradura?
A:
Sin buscarlo, en realidad. Convoqué a mis queridas amigas, que son las actrices
de la obra Veronica Feuring, Alejandra Buitrón y Valeria Piscicelli a participar
de una producción de fotos que tenia en mente hacia tiempo, en una locación
increíble llamada “La Llavi”. Una casona abandonada en el corazón de la ciudad,
con una luz y mobiliario antiguo que parece de cuento. Luego de realizarlas y
ver el resultado, ellas tuvieron la idea. Me comentaron que las fotografías
les parecían muy teatrales y si me animaba armar algo sobre esos mundos con
ellas. Al verlas con los ojos que ellas me plantearon, me di cuenta que las
fotografías componían de manera físico expresiva, espacio y relato, así que me
anime y así nació la Cerradura.
Foto: Anabella Sarrias (AnT) |
R:
¿Cómo fue el proceso de dramaturgia y la posterior puesta en escena?
A:
Comencé el proceso de ensayos sobre esqueletos que arme nacidos de las propias fotografías.
Con pequeñas secuencias físicas y de imágenes, devenidas de las fotos, comencé
el trabajo con cada actriz dejándome llevar por el mundo que me daba cada
fotografía, como la relación con el tiempo, los objetos, “el ser parte de”, que
era algo recurrente que volvía una y otra vez. A partir de estos mundos, busqué
pequeños textos como disparadores que, a raíz de múltiples improvisaciones con
cada una de ellas y en conjunto, dieron origen a las escenas y a desarrollar
cada una su propia dramaturgia.
Foto: Anabella Sarrias (AnT) |
R:
La obra tiene textos de Clarice Lispector y Materlinck, ¿cómo fue la selección
de los autores y en particular de los textos que acompañan las escenas?
A:
Justo me encontraba, cuando comenzamos con el proceso de ensayos, leyendo un
libro de recopilación de textos de Clarice titulado “Las palabras”. Estaba con
la inquietud de encontrar textos que reflejaran un poco el mundo de las
fotografías que teníamos y fue increíble como a medida que iba leyendo, me
topaba con textos que hablaban sobre los temas centrales de las fotos y tenían
mucha conexión con la forma en que los quería abordar. Es loco, a veces el
mundo confluye solo para que las cosas sucedan. Con Maeterlinck fue distinto.
Empezamos a ensayar con Alejandra sobre la secuencia de las fotos que tenía y las
flores estaban muy presentes. En un ensayo, me vino la imagen y recordé el
libro de Maeterlinck “La inteligencia de las flores”, que había trabajado el
año anterior en un seminario de Ricardo Bartis y era ideal para lo que
estábamos trabajando, era una parte poética que nos faltaba.
R:
¿Cómo fue la elección de la sala teatral?
A:
Como te comenté, las fotografías fueron tomadas en una casona antigua y
necesitábamos un ambiente que de un marco de casa, que nos contenga y que a la
vez pueda ser atemporal. Entonces recordé el teatro “Hasta Trilce”, su magia e
increíble mobiliario y que tenia la posibilidad de una sala pequeña. Al verlo
con las chicas, nos dimos cuenta que era el lugar perfecto para hacerlo.
Estamos muy contentas de poder realizar funciones allí, tanto por el espacio y
su gente, Andrea y Luis, que son súper cálidos y generosos con nosotras.
Foto: Anabella Sarrias (AnT) |
R:
¿Cómo fueron los ensayos?
A:
Planteamos un proceso de ensayos corto, ya que con las fotografías teníamos
cimientos muy sólidos desde donde arrancar. Comenzamos en octubre, con ensayos semanales,
partiendo de secuencias físicas espaciales y con pequeños textos de los autores
que te mencione como disparadores. Nos empecinamos en improvisar desde allí,
sin perder de vista las fotos, creándolas corporalmente y teniendo mucho en
cuenta lo visual, que es lo principal en la obra. Fueron increíbles las cosas
que surgieron del intercambio con las actrices Vero Feuring, Ale Buitrón, Vale
Piscicelli, ellas son muy versátiles y talentosas y se entregaban a cada prueba
sin importar el resultado. Todo esto no hubiera sido posible sin ellas y sus potencialidades
físicas, ya que provienen de diferentes disciplinas más allá del teatro. A
partir de eso y de sus improvisaciones, fui formando cada escena sobre el esqueleto
que teníamos inicial, ya que cada ensayo lo filmaba y desgravaba los momentos
que consideraba que eran convenientes para lo que quería contar. Desde allí surgían
y escribía algunos textos y nuevas imágenes corporales que se me ocurrían para
probar en el próximo ensayo.
Foto: Anabella Sarrias (AnT) |
R:
¿Cómo definirías la obra y por qué el título “La cerradura”?
A:
Creo que la imagen, la fotografía y lo corporal son la identidad de la obra,
dando origen al acontecimiento teatral y su temática sobre cuestionamientos
sobre el tiempo, la relación con los objetos y el afuera, intentando establecer
un dialogo cómplice con los espectadores. La búsqueda de la identidad propia y
colectiva, nuestros modos de ser y existir en la intimidad y en nuestra vida en
sociedad. La cerradura fue un nombre en juego que en principio le puso Vero a
nuestro grupo compartido de trabajo, pensando en “La Llavi”, el lugar donde
hicimos las fotos. Con el tiempo nos dimos cuenta que lo que estábamos investigando
y proponiendo era mirar el mundo interior de una persona inmersa en el mundo de
hoy, como estar espiando su ser por la mirilla de su cerradura.-
Recomendados de Anabella
Una película:
Mejor imposible de James L. Brooks.
Una obra de arte:
El beso. Gustav Klimt y la obra de Toulouse Lautrec.
Un libro:
Poesia completa. Alejandra Pizarnik
Una canción: Maybe
I’m amazed de Paul Mccartney y Barro tal vez de Luis Alberto Spinetta.
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