Reseña sobre Proyecto Quevedo (Teatro)

 


Fui a ver Proyecto Quevedo en Arthaus Central. Podría describirla como una performance íntima y conmovedora protagonizada por Cristina Banegas, quien recita una selección de poemas de Francisco de Quevedo — textos elegidos por la propia Banegas en colaboración con Carlos Gamerro. La escenografía se limita a una mesa de cristal de más de dos metros y medio —una mesa que perteneció a la madre de la actriz—, que se transforma por completo: deja de ser un simple objeto de uso cotidiano para convertirse en una protagonista más. Ese cristal, suspendido y resplandeciente bajo las luces, se vuelve territorio, memoria y símbolo; un espacio íntimo donde la actriz habita los poemas de forma vibrante. La puesta en escena minimalista, podríamos describirla también como un acto de resistencia poética. La actriz recorre los textos de Quevedo  acompañada de música en vivo interpretada por Lucía Gómez—. “Proyecto Quevedo” propone un teatro que conmueve por la honestidad de la palabra y del cuerpo: un teatro despojado, potente, que interroga e ilumina rincones de nuestra memoria colectiva y personal. En cada función hay un espacio de comunidad entre lo que pasa en el escenario y el público presente, testigo de esos espacios habitados por la actriz que con la lectura de los poemas hilvana lo satírico y lo profundo, la melancolía y la ironía, la tristeza y la risa.

 


 

 

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