Entrevista a Ricardo Romero (Libros)


La ventana entrevistó a Ricardo Romero escritor joven quien junto a Juan Sasturian desarrollan la colección Negro Absoluto.

1.- ¿Cómo surgió la idea de la colección de policiales jóvenes llamada Negro Absoluto?
En realidad, la idea, que surgió de María Therese Arida, una habitante del mundo que ama Buenos Aires y ama los policiales, y que encaró junto con Juan Sasturain, que es quien dirige la colección, no tenía como centro la búsqueda de autores únicamente jóvenes. Sí la idea de sagas más o menos detectivescas que transcurrieran en Buenos Aires, con personajes que volvieran una y otra vez. Lo que sucedió fue que a la hora de contactar autores, nos dimos cuenta de que quienes más se entusiasmaban con la idea de escribir tres o cuatro novelas, de generar un mundo que pudiera sobrevivir a varias ficciones a través del tiempo, interesaba más a algunos autores jóvenes, que a los de otras generaciones. Son proyectos de largo aliento, desafíos que tal vez despertaban más la imaginación de autores que bordean los treinta años que de otros con obras ya desarrolladas. De todas maneras, tenemos autores de variadas edades, con una trayectoria ya encaminada, como Elvio Gandolfo, Gabriel Sosa, Osvaldo Aguirre y María Inés Krimer. Lo joven, creo, está entonces en la propuesta y en quienes se animan a transitarla.

2.- ¿Por qué el nombre Negro Absoluto?
Como todo nombre, tiene muchas razones. Cada uno puede encontrar la que le guste más. Personalmente pienso que la colección excede lo policial, y que justamente su mejor definición tiene que ver con el espíritu negro que recorre las historias. Todas, de una u otra manera, recorren el lado oscuro de la sociedad.

3.- ¿Cuáles son las características de la colección, qué requisitos hay y cuáles son las condiciones de las publicaciones? ¿Qué es el quinteto de la muerte?
Como te decía antes, la colección se centra en novelas policiales o lo que más ampliamente se llamaría novela negra, y tiene dos premisas centrales: la ambientación local, principalmente en Buenos Aires, y el desarrollo de personajes que oficien de algo parecido a un detective en varias novelas. Dentro de ese espectro, hay de todo: una tarotista en una villa miseria en los noventa menemistas, un periodista de policiales en los oscuros años treinta, un diletante que va de Rosario a Buenos Aires y de ahí a Puerto Madryn topándose con crímenes, tres enfermos de Tourette en una Buenos Aires 2012 distinta, algo gótica y enrarecida por la niebla, una detective amateur de la colectividad judía que recorre mundos oscuros como el de la trata de blancas o las cirugías estéticas en la actualidad, y un periodista gastronómico gordo y su cantilena linyera que se inmiscuyen el submundo de los inmigrantes en barrios céntricos, como la colectividad peruana y la rusa.
El quinteto de la muerte es otra cosa, y no tiene que ver con la colección. Es un grupo de escritores y un músico que desde 2006 leemos en público nuestros trabajos, en bares, centros culturales, restaurantes o donde nos dejen. Cocinamos, invitamos a festejar, ambientamos como podemos lo que leemos. Publicamos dos libros, uno en Uruguay y otro acá, que se llama La fiesta de la narrativa, donde hay un prólogo que explica perfectamente y mucho mejor que yo, lo que sentimos que es el quinteto.

4.- ¿Cómo surgió la idea de escribir El síndrome Rasputín? ¿Cuánto tiempo te llevó?
Se vincularon dos cosas. Las ganas de recorrer y generar mundos policiales, vinculados al folletín de aventura y a lo gótico, y el interés por el síndrome de Tourette, la enfermedad de los tics. De entre los tics que vulneran y fortalecen a los protagonistas de las novelas, el tic supremo que da título al libro es el tic de sobrevivir a pesar de todo. La escritura fue bastante vertiginosa, no porque hubiera apuro, sino porque la misma naturaleza del texto y de los personajes me lo pedía. Lo mismo me pasó con las otras novelas de la saga. Tres o cuatro meses intensos de escritura y corrección. Una experiencia agotadora pero fascinante.

5.- ¿Por qué está presente el síndrome de Tourette? ¿Cómo te preparaste para incluirlo?
Es una enfermedad terrible en algunos casos, reveladora en otros. Los protagonistas de las tres novelas, Abelev, Maglier y Muishkin, son casos más bien leves, pero lo suficientemente marcados como para aislarlos de la cotidianeidad “normal”. Ellos ven el mundo de otra manera, leen distinto, y eso es lo que me interesó. Los tics quiebran el discurso de lo real y ponen en cuestionamiento las visiones unilaterales, la linealidad del sentido establecido. Eso los hace lúcidos, dolientes y rebeldes, cada uno a su manera. No suelo documentarme para escribir, pero en este caso leí varios libros, vi videos y recordé mis propios tics de la infancia y la adolescencia (algunos todavía sobreviven). Un gran libro es El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks.

6.- ¿Qué podés contarnos de Los bailarines del fin del mundo?
Sólo que los tres protagonistas se meten en un submundo dark, con matices de ciencia ficción, un mundo que les viene como anillo al dedo a sus naturalezas marginales. Nada más. Para saber más, ¡a leerla!

7.- ¿Cuál va a ser el tercer libro de la saga?
El tercer libro es El spleen de los muertos. Tengo para mí que es la más rara de las tres, y continúa la acción de Los bailarines del fin del mundo de manera directa, cosa que no pasaba entre El síndrome de Rasputín y Los bailarines. Cada vez llueve más. Cada vez hay más fantasmas y más caos en las calles de la ciudad.



Romina Soler
Prensa
La ventana Arte y Cultura

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