Entrevista a Florencia Bergallo (Teatro)



La ventana entrevistó a Florencia Bergallo, dramaturga y directora de la obra Durmientes, actualmente en cartel en Elefante Club de teatro los domingos a las 21.30 horas.



1.- ¿Cómo surgió la idea del guión de la obra?
Antes que pensar en un guión, un texto o una historia charlamos mucho con los actores sobre qué queríamos hacer, qué sería un desafío personal para cada uno y en qué nos podíamos potenciar como grupo. Lo primero que acordamos, fue que no queríamos hacer una obra de gente sentada charlando en un living, Y a partir de esa imagen se organizó todo lo demás. En un comienzo imaginé los cuerpos y cómo éstos podían relacionarse, danzar juntos. Imaginé a grandes rasgos formas en las que pudieran intrincarse al punto de que no se supiera por dónde pasaba el relato. Abordamos los ensayos con la propuesta de desordenar la lógica de comportamiento social establecida, y dispusimos el mobiliario y los objetos de forma tal que los actores tuvieran que adaptarse en la improvisación a otras formas de estar en relación con los otros y el espacio. Así surgió en términos argumentales el “refugio” en el que el personaje masculino (Mariano) se propone automarginarse invitando a Andrea y a Jésica a vivir con él. Este “refugio” es el espacio donde trascurre la obra, y se convierte en el mundo en el que los personajes se plantearán “otra” forma de relacionarse y crear códigos de sociabilización. El mundo de estos tres seres automarginados apareció inmediatamente. Lo interesante fue trascender el cliché de ese “mundo de rotos” y apostar a crear personajes muy diferentes entre si y complejos al mismo tiempo. En la medida en que Mariano, Andrea y Jésica se iban configurando comprendimos que estos personajes podían trascender el estigma de ellos mismos, reinventarse jugando a ser otros o varios seres. La escritura devino como una necesidad de llevar la propuesta de los actores en escena a zonas más extremas donde el pensamiento, el cuerpo y la palabra tuvieran la misma intensidad. La psicolgía de estos seres se constituye ficcionalmente en la medida en que el entramado de lo que hacen y dicen sucede y delinea su complejidad. Por otro lado, los temas que surgen a nivel discursivo parecen no agotarse nunca. Un tema se engrana con otro, produciéndose así una suerte de composición musical de pensamientos en voz alta. Lo que en un principio surgió como necesidad y desafío artístico se convirtió en una forma de proceder y en definitiva en la obra misma: en el espacio, los personajes, el argumento.

2.- ¿Cómo fue la elección de los actores?
En realidad ellos me invitaron a mí. Con Victoria Roland (Andrea en Durmientes) trabajamos juntas desde hace muchos años. En Córdoba formamos el grupo “Cero punto ellas” y cursamos juntas la licenciatura en teatro. Ella fue sin duda la que me propuso como directora porque era la que más me conocía. Aclaro además que comenzamos a ensayar esta obra en el 2009. Se trató en principio de mucha confianza artística y del deseo compartido con los actores de trabajar juntos, aunque no supiéramos bien a dónde nos iba a llevar esto. Yo siempre había actuado pero en ese momento sólo había hecho una dirección. Nos encontramos y nos entregamos a que apareciera algún material que realmente nos motivara.

3.- ¿Qué se siente al escribir y dirigir a la vez?
Mi decisión de escribir la obra tuvo que ver con la posibilidad de servirme del lenguaje de la escritura para darle más espesura al mundo que se estaba produciendo en escena. Entendí claramente que la dirección y la escritura son dos lenguajes que no tienen nada que ver. Pasar de uno a otro es como pasar de nafta a gas, a veces el auto se apaga. El tema para mí fue comprender cómo asociarlas, y tratar de que ninguna de las dos consumiera la otra.

4.- ¿Cómo definirías la obra Durmientes?
Durmientes muestra a seres automarginados que se buscan a ellos mismos, buscan cómo pensar, cómo sentir, cómo compartir y cómo organizar el cuerpo social que se confunde con el privado. Mariano (Julián Krakov) es quien lleva adelante la consigna de automarginarse de la sociedad al refugiarse en la habitación de servicio doméstico de su propia casa ante la posibilidad de ser desalojado. Invita a vivir con él a Andrea (Victoria Roland), una mujer que funciona como su pareja, su colega, su camarada, y luego trae a dormir a la casa a Jésica (Lola Lagos) una mujer aparentemente simple que decide pasar una noche romántica con él, aprovechando que su hijo está con el padre .Mariano tiene la intensión de crear junto a estas mujeres, una nueva forma de vida en comunidad y de poder impartir las ideas que lo obsesionan y lo toman por completo. En el fondo es también un conservador intentando superar sus propios mandatos sociales con torpezas y contradicciones. Como en todo sistema patriarcal Mariano (el hombre de la casa) cree que debe funcionar como el proveedor de estas mujeres, como el protector, el adoctrinador, el que garantiza un techo y una forma de organización según sus reglas. Al mismo tiempo que despotrica fervientemente contra el “sometimiento” en cualquiera de sus formas. Mariano propone un territorio que Andrea y Jésica desorganizan una y otra vez en defensa de su singularidad. Ellos deciden todo el tiempo dónde estar y quiénes ser ante los demás. Son tres seres desvelados y automarginados que sueñan y juegan a ser ellos y a ser otros. El nombre de la obra remite a un estado de ensueño, a un estado diferente desde donde percibir la “realidad” sin que se sepa bien por dónde circula el relato y cuál es el sentido de las cosas. Todo parece contarse al mismo tiempo. Aunque el cuentito sea “había una vez un hombre que construyó un refugio” los tres se imponen con la misma intensidad en su necesidad por existir, por no estar detrás de la cortina de humo jugando a los fantasmas.

5.- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
El proyecto teatral y personal por el momento es Durmientes. Además estoy ensayando una obra como actriz con una directora amiga, Paula Manzone. Pero estoy tranquila, recién estreno, quiero dejarme llevar por todo lo que la obra pueda proponer y revelarnos.


Muchas Gracias por la entrevista. Romina Soler

Comentarios