Entrevista a Marcos Zimmermann (Libros)
Entrevistamos a Marcos
Zimmermann, talentoso fotógrafo argentino. Le preguntamos acerca de su libro “Historias
de fotógrafos”, en el cual comparte sus relatos inspirados en fotografías de
colegas. Se trata de 14 fotografías sacadas a lo largo de tres siglos que nos
transportaran a través de la historia: una foto del Che
Guevara, una ballena encallada en las costas de Rio Gallegos en el año 1946,
entre otras. Además, aprovechamos la entrevista para preguntarle a Marcos sobre
su infancia, la llegada de la fotografía a su vida y muchas cosas más. No se
pierdan esta interesante entrevista que nos muestra a este artista del otro
lado de la cámara.
Entrevista de Romina
Soler (La ventana) a Marcos Zimmermann.
Romina Soler: ¿Cómo fue
tu infancia?
Marcos Zimmermann: Tuve
una infancia muy linda. Nací y crecí en el barrio de Belgrano en una casa donde
vivíamos con mis padres, mis tres hermanos y unos tíos, siempre había mucha gente alrededor.
Crecí entre plantas y herramientas, un jardín y un taller donde mi padre me enseño a hacer
sillas, mesas, lámparas, y otros objetos. En la familia de mi padre eran todos
de la parte más técnica, más ingenieril, mientras que la familia de mi madre
estaba compuesta de artistas, músicos, escritores, etc. Yo siempre digo que con
la fotografía junté las dos ramas familiares, porque tiene una parte técnica y
otra de sensibilidad artística, soy una mezcla de las dos cosas.
R.S.: ¿Cómo llego la
fotografía a tu vida?
M.Z.: Creo que saqué
las primeras fotos antes de tener una máquina de fotografía. Recuerdo un viaje en
especial, con mis padres y una de mis hermanas a visitar a una tía que vivía en
Córdoba. Viajamos en un tren que se llamaba Rayo de Sol, íbamos en camarotes con
cuchetas, con la particularidad que la ventana quedaba a la altura del colchón,
entonces yo me despertaba al amanecer y a través de esa ventana veía pasar el
mundo, las ciudades, los pueblos, la gente, diferentes situaciones. Esas
imágenes me iban quedando siempre en la cabeza, como diferentes formas de vida,
esas fueron mis primeras fotografías.
R.S.: ¿Cuál fue tu
primer acercamiento con una cámara de fotos?
M.Z.: En casa había una
máquina de fotos bastante precaria y con ella saqué las primeras fotos a una de
mis mejores amigas de la infancia, Mancha, mi perra. Por ese entonces mi
hermano mayor me enseño a revelar con tres platos de sopa y obtuve mi primer
negativo. Yo tenía nueve años y aún conservo mi primera foto en la que se ve a mi
perra, Mancha, teniendo cachorros. Creo que la fotografía me gustó por algún secreto, algo
misterioso.
R.S.: ¿Cuándo tuviste
tu primera máquina profesional?
M.Z.: Una vez me
enfermé en un viaje y terminé en el hospital y mi padre me dijo que quería que
me regale. Estábamos de vacaciones y yo
internado, entonces le pedí una máquina con diafragma, velocidad, algo técnico.
Me regalo una máquina con la que hice unas fotos del zoológico de Córdoba y
cuando mi padre volvió de revelarlas, me contó que el señor de la óptica le
había dicho que eran muy buenas. Quedé como que era un buen fotógrafo, así que
tal vez le debo mi historia como fotógrafo a ese óptico que le dijo a mi papá
que yo era muy bueno.
Siempre me gusto la
imagen y mirar el mundo.
R.S.: ¿Cómo siguió tu
relación con la fotografía a partir de ahí?
M.Z.: De más grande
intenté algunas carreras, porque tenía dudas con la fotografía porque era una carrera menor y
entonces mi padre me dijo una frase muy linda, “No hay carreras chicas, depende
como las hagas”, y entonces fui fotógrafo.
Después, de ahí en más, empecé a hacer algunos trabajos mientras
estudiaba cine: Un compañero de la escuela de cine hizo su primer película “Quebracho”
y me llamó para ser el fotógrafo de la película. Era la primera vez que hacía fotos
de cine y fue como empezó mi carrera profesional, seguí con otras películas
como La Raulito, La madre María, más adelante hice casi todas las de Maria
Luisa Bemberg, muchas películas de cine argentino con lo cual me
profesionalicé, hice pulicidad y llegó el arte a la fotografía, entonces me
puse a hacer libros. Viví tres años en Italia y cuando regresé decidí retratar
la Argentina y desde ese momento no hago otra cosa que eso. Tengo 13 libros de
autor de toda la Argentina. Mi primer libro fue Patagonia, un lugar en el viento,
después otro libro que hice sobre el Río de la Plata, sobre el Norte Argentino
…
R.S.: ¿Cómo empezó tu
relación con la escritura?
M.Z.: En realidad
siempre escribí, tengo unos libros de autor únicos que hice cuando estaba en la
colimba, en ese momento escribía poesía. Tengo además tres libros que hice con
fotos, dibujos y textos míos. Siempre desde adolescente escribí, después dejé
de hacerlo porque la fotografía era mi manera de expresión. Cuando empecé a
hacer los libros de fotografía empecé a escribir los prólogos o introducir algún
texto mío. En el año 98 o 99, sucedió un
cierto episodio que disparó a que escribiera mi primera novela, después escribí
otra. Empecé a escribir en los medios, en radar, en Ñ, en La Nación. Y empecé a
aflojar la pluma a animarme un poco más.
R.S.: ¿Cómo nació
Historias de fotógrafos?
M.Z.: Hace algunos años
hicimos una muestra en México, con Adriana Lestido, Oscar Pintor, Sebastián Szyd y Juan Travnik. Yo no pude ir pero fueron otros de los artistas y cuando
llegaron a la tal galería donde íbamos a exponer, eran un horror las
paredes, no había luz, no había nadie que colgara nada ni los ayudara. A partir
de esta historia nació el primer cuento que está en el libro y atrás de ese,
con la idea de contar una historia sobre una fotografía nacieron los demás. En
dos o tres meses escribí todos, incluso más que no están en el libro.
R.S.: ¿Cómo fue la elección de las fotografías que
acompañan las historias?
M.Z.: Estas cosas son
un poco difíciles de explicar, yo no tuve desde el principio la idea de hacer
un libro, sólo me surgió escribir cuentos.
Ya tenía escritas tres novelas y empecé a escribir cuentos. Al tiempo hice
un taller con Juan Forn y pasé los cuentos en el taller y Sacomano me dio una
mano en la corrección final del libro. Creo que hice tantas fotos de Argentina
que tuve la necesidad de usar otro medio de expresión para contar otras cosas. Me
pasé la vida siendo un fotógrafo muy realista, por lo tanto estoy condicionado
por la realidad, y es una tarea bastante mágica y difícil. Es un trabajo
interior y exterior. Siempre fui un fotógrafo directo. Con la literatura podía
hacer todo lo contrario, hacer volar a una persona, que nade y se convierta en
un pez y luego en un pájaro. Toda la vida sinteticé imágenes del mundo real y
la idea de tomar una imagen y retratar un mundo irreal me pareció un camino
interesante. El resumen de algunos de estos cuentos salieron publicados en
Radar y Boido, editor de Radar, quien se
interesó y me ofreció publicarlos en Random House y yo tenía ganas de
publicarlos porque no me gustan los artistas que guardan las cosas en un cajón
para un futuro.
R.S. ¿Cómo sacas las
fotos que publicas en los libros?
M.Z.: Desde que hago
libros con fotografías, tengo una idea previa y soy muy estudioso de las
condiciones, los lugares, lo importante de cada lugar, la historia. Hago
itinerarios, no salgo con la cámara a ver que sale. Cada uno de los tres
primeros libros de Argentina me llevaron 4 años, el libro del norte argentino
tiene 12 viajes al norte, alrededor de 12.000 tomas de las que finalmente
publiqué 300. Soy ordenado, planificado y sobre todo soy muy cabeza dura.
Llevar un libro en la cabeza durante 4 años requiere ser un poco cabeza dura y mucha
constancia para poder terminarlo. Yo planifico y armo mis proyectos. No soy un
fotógrafo que ando con la cámara encima captando cosas del mundo. Tengo una
idea y trato de resolver esa idea, había una cosa que me parecía importante
decir a través de la fotografía y ahora me parece importante decirlas con
palabras. Me quedan cosas todavía por hacer con la fotografía pero en este
momento estoy muy interesado en contar historias. Mi vida se ha llenado de
anécdotas por este mismo andar por Argentina, soy bastante sociable e
investigué cada uno de mis libros de
fotografías, así que ahora es el momento de contar un cuento y luego ver una
foto, de eso se trata historias de fotógrafos.
Recomendados de Marcos
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de Kurosawa
Una canción: “Let it be”
de los Beatles
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de las tinieblas” de Joseph Conrad
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