Entrevista a Juan Cruz Forgnone (Teatro)


Entrevista a Juan Cruz Forgnone quien adaptó y dirige la obra Peer Gynt de Henrik Ibsen, que pueden ver en el Portón de Sánchez todos los miércoles a las 21.30 horas. Nos contó acerca de su relación con el teatro, sus maestros y en especial cómo montó la puesta en escena de esta obra maestra de Ibsen.   

1. ¿Cómo empezó tu relación con el teatro?
Comenzó en la niñez, a través de la lectura y la escritura. Llevó algún tiempo reconocer que la manera en la que quería contar historias era el teatro. En la adolescencia apareció la actuación, y entonces fue más claro. Solía escribir cuentos repletos de parlamentos que, a partir de los primeros talleres que tomé (a los quince años), empezaron a tomar forma de dramaturgia. Obras muy malas, por supuesto. Pretenciosas, tipificadas, parecidas entre sí. Me gustaba mucho "diseñar" personajes y verlos transformarse en el curso de la historia. Dramáticamente no pasaba nada, puros caprichos, pero esa impunidad me regalaba infinitas posibilidades de combinatoria y juego. Todos los juegos de mi infancia consistieron en la ficción. A partir de la actuación, y de la relación con un otro, todo se volvió más complejo. Empecé a plantearme el poco tiempo que el teatro ocupaba en mi vida cotidiana. Rápidamente distinguí la dirección del resto de las áreas teatrales,y continué estudiando ya no para ser actor, sino para entender cómo funciona un escenario con gente arriba.

2. ¿Con quiénes estudiaste y te formaste?
Estudié actuación durante toda mi adolescencia con la profesora Estela Oriana, a quien le guardo mucho cariño y agradecimiento. Yo me tomaba muy en serio sus talleres y ella me acompañó mucho. En 2012 ingresé a la Universidad Nacional de las Artes para estudiar Lic. en Dirección Escénica, y me formé con Andrés Bazzalo, Rubén Szuchmacher, Luis Cano, Graciela Schuster, Ana Alvarado, Andrea Garrote, Eli Sirlin. Estoy finalizando la carrera ya.

3. ¿Cómo fue la elección de la Obra Peer Gynt de Ibsen para dirigirla? 

Tuve una relación muy particular con esta obra desde hace algunos años. Con ella pasé los mejores momentos de lectura de mi vida, así de grandilocuente suena pero así me pasó. Dudé mucho en dirigirla a esta edad, por su inmensidad. Empecé a trabajar parte de ella en la cátedra de Dirección teatral IV de la UNA. Luis Cano y Analía Fedra García me ayudaron mucho a organizar la mirada. La realidad es que la obra nunca dejó de ser compleja para mí, pero el trabajo sistemático hizo que fuera cada vez más descabellado pensarme lejos de este material. Muy habitable, por cierto. Sé que me va a acompañar siempre. La adaptación fue un proceso muy largo, previo y simultáneo a los ensayos con los actores. Se optó por cambiar la división de los cinco actos y trabajar en cuatro bloques, pensados como cuatro travesías. Se buscó enfocar la relación entre Peer Gynt y las mujeres de la obra, y acentuar la lógica dramática del recorrido (el Peer que huye, el Peer que vaga perdido, el que avanza, el que se detiene, el que es perseguido). Quien vea la obra notará que no se escenifican las escenas en África. El cuarto acto de la obra, que fue el último en ser escrito por Ibsen, funciona como un gran desvío de la trayectoria que traza Peer. Me pareció que lo imprescindible para esta puesta era mostrarlo fuera de su comarca, pero para eso podía servirme de escenas propias del quinto acto. Lo importante era marcar su distanciamiento y su retorno final, no el despliegue de un "nuevo" universo temático. Esta decisión me costó mucho, porque el cuarto acto provee escenas muy ricas, aunque lo que prepondera es la escritura poética y la superpoblación de metáforas. Si la hipótesis de representación hubiera sido otra, este tramo sería entonces central.


4. ¿Cómo fue la elección de los actores y el equipo de trabajo?
Fue un proceso también largo. Me llevó mucho tiempo y trabajo. Había quienes tendrían que interpretar un personaje y atravesar con él su curva dramática, y quienes tendrían que ejercer la rotación de entre cuatro y cinco a lo largo de toda la obra. Tareas muy diferentes, claro. Convoqué a quienes creí que podrían ponerse en relación con las demandas específicas del material. El equipo mutó, fue un proceso intenso y extenso, aunque no desmedido. Por fortuna, el elenco pudo combatir todo aquello que atenta contra la producción de una obra de teatro independiente: desde el arte de combinar horarios hasta la incertidumbre económica.

5. ¿Cómo fueron los ensayos?
Fuimos directamente a las escenas. A meternos en problemas. No hubo ensayos de "improvisación" en el sentido riguroso del término. Creo que hubo mucho espacio para la prueba constante, pero siempre intentando abordar lo que está puesto en circulación en la obra. Nos llevó a todos mucho tiempo el conocer realmente los problemas específicos del material: lo hemos atacado de muchas maneras, y eso lo hizo más accesible. Parcializamos mucho debido al número de escenas de pocos personajes. Tuvimos la suerte de contar con varios ensayos en la sala, que no es poca cosa. Todos de golpe, hacia el final del proceso. Veníamos de trabajar en una sala de ensayo con proporciones diferentes pero con hipótesis de espacio pensadas para la profundidad de El Portón. Por eso, el momento de arribar al teatro fue revelador y una prueba de resistencia. 


6. ¿Cómo fue la elección de la puesta en escena?
La actuación fue el eje de la puesta en escena. La organización del material en términos espaciales, visuales, sonoros fue producto de un proceso de prueba simultánea con el trabajo del actor. El Portón de Sánchez fue pensado desde un principio como el espacio material ideal, dadas sus características. Se buscó incorporar como elemento esencial esa lógica de cuento popular que supone la obra. En ningún momento apareció la necesidad de suplantar la época o el lugar de referencia, que es Noruega.  En la adaptación se intentó acercar el texto en términos de sentido, pero no actualización temática. Sinceramente creo que esta obra no tiene ese problema, y en la puesta en escena se partió de ese imaginario noruego, rico por la lúdica de su mitología.


Recomendados de Juan Cruz


Una película: Fanny y Alexander, de Bergman.
Una canción: Ágætis Byrjun, de Sigur Rós.
Un libro: Persépolis, de Marjane Satrapi.
Un cuadro o una obra de arte: Los cazadores en la nieve, de Pieter Brueghel.

Peer Gynt
de Henrik Ibsen
Dirección y Adaptación Juan Cruz Forgnone
Miércoles 21:30hs.
El Portón de Sánchez
Sánchez de Bustamante 1034
Entrada General $180 / $ 120  Estudiantes y Jubilados
Reservas: 4863-2848 / www.elportondesanchez.com

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