Reseña El club de la escucha (Música)
El jueves
28 de agosto asistí a El Club de la Escucha,
una propuesta verdaderamente diferente y original. El entorno es íntimo y
acogedor: hay mesas, gradas y almohadones dispuestos sobre el piso. Al
ingresar, te entregan una bolsita de tela en la que depositás el celular
apagado, y un papel con una breve biografía de los artistas que participarán
esa noche. El escenario está al nivel del piso, lo que genera una conexión muy
cercana con quienes suben. Todo invita a contactar, relajarse y bajar un
cambio: comenzamos escuchando cuatro canciones a través de los parlantes para
entrar en clima.
Cada edición convoca
a dos artistas, quienes ofrecen primero un momento individual con el público y
luego uno compartido. La primera invitada fue Noe Recalde, quien nos llevó desde sus primeros
acercamientos con la guitarra hasta su presente musical. De voz serena y
temperamento calmo, respondió con naturalidad a las preguntas del público; en
el transcurso de la charla, tomó su guitarra y cantó algunos temas,
compartiendo anécdotas que los acompañaron.
Después fue el
turno de Juan Carlos Baglietto,
quien también comenzó con una introducción sobre su infancia y la música.
Aunque su trayectoria es ampliamente conocida, fue conmovedor escucharlo contar
sus historias en primera persona. El público participó activamente con preguntas
y pedidos musicales, dando lugar a una charla íntima y fluida.
Para cerrar, ambos
músicos se unieron y regalaron al público una canción llena de risas y
complicidad. Noté cómo algunas personas se emocionaban; hubo lágrimas, sonrisas
compartidas… y todos cantamos juntos en ese refugio musical.
Estaré atenta al
anuncio de la próxima edición de El Club
de la Escucha, porque no me la quiero perder.
Romina Soler para La ventana cultural
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