Entrevista a Béla Arnau (Entrevista)




Entrevista a Béla Arnau, actor y director de La Maciel, por Romina Soler

1.- Cómo surgió la obra ??? Por qué el tema de La Maciel ???

Sería injusto decir que la obra empezó, La Maciel estaba empezada. Lo que maquinó trabajar La Maciel, no fue ella en tanto tema. Sino más bien, digamos, su realidad ontológica. Ella se ofrece a la sugerencia de una fractura, a la indicación de algo extraordinario. Si bien se la llama isla, no es ni para los mapas, ¡ni para el municipio de Avellaneda una isla!. Como le gustaría decir a alguien que estudia filosofía, es una isla pero no es una isla. Por eso nos pareció convocante como lugar ontológico para desplegar una propuesta estética. Si está perturbada la relación entre el nombre y la cosa, sospechamos que está pasando algo. Nos pasa algo con las grietas, queremos curiosear, meter la nariz. Olemos algo ahí, quizás porque estamos agrietados. Nuestro Otro está agrietado. Fijate que el personaje de la madama lleva el nombre homónimo la Maciel ¿no? ¿quién sino una travesti podría soportar mejor esa dislocación entre el nombre y la cosa?

2.- Que autores o material leíste para hacer la obra ???

Si se abriera el libro contable para ver las deudas de La Maciel, creo que desestabilizaríamos algún banco. No te digo el Nación, pero el Provincia. Voy a confesar sólo algunas, porque son con las que quiero que se ponga en serie La Maciel y porque la vuelven -creo- más inteligible. También por profundo agradecimiento. Quienes nos ayudaron a entender mejor lo que hacíamos y queríamos fueron muchos.
El cine de Jodorowsky, ponele, nos dio una confianza enorme en la potencia de la imagen. Y en general, nosotros venimos de escuelas de teatro donde prima mucho no el texto, pero sí la palabra. Como elemento equivalente, entendido bien marxista, como el que da valor a los demás y organiza el mundo. Creen que desestabilizando la palabra, o pervirtiéndola se pone en juego todo lo teatral. Y lo teatral se reduce mucho entonces. Como decía antes, nosotros y nuestro Otro está agrietado. Vamos como bichos a la fisura, para alojar allí nuestras inquietudes. Así abrimos lo teatral, para que se juegue en distintos niveles, la pintura, la danza. Por eso tanto rasqueteo, porque creemos que lo teatral se juega en todos esos niveles.
Sin embargo, aprendimos mucho mejor cómo componer la imagen y la construcción rota del relato en Fassbinder que en Jodorowsky. Hablo de Querelle, por ejemplo. O el tratamiento de la carne y el espacio de Francis Bacon ¿puede algo ser más Bacon que las sobras de colores en el piso? ¿o cuando quedan cinco cuerpos uno arriba de otro en el piso armando una figura múltiple y deshumanizada? Deshumanizar el cuerpo, decime si no hay algo ahì para moder.
Como entiende ponele Dostoievsky la iluminación humana: iluminar para conservar las sombras. ¿A qué neurótico no le gustaría que el escritor ruso escribiera su novela familiar? Los textos también tienen serias deudas con el género gauchesco. Más específicamente, del tratamiento que los hermanos Lamborghini hacen de él. Y por último, si lo hubiera, la danza. Lo coreográfico nos permitió apartarnos de los recorridos a los que se somete el cuerpo diariamente, y de repente disponíamos así de posibilidades de composición de altísima calidad. Las formas mucho más complejas, filosas y convocantes. Cuando digo complejizar, no significa oscurecer, sino volver las relaciones más implicadas. Fue Bárbara la que nos afiló e hizo confiar en todo esto. A ella le debemos esta expansión del mundo de La Maciel.

3.- Cómo surgió el personaje de La Maciel ???

Vuelve la pregunta por el surgimiento, por el origen. Es una pregunta en la que cierta crítica pretende equivocadamente dar con la verdad. En cambio, entiendo que cualquier comienzo es contingente, azaroso. Por eso, a la pregunta por el origen sólo le puede caber una mejor o peor genealogía. Después el obrarse de la obra intenta morfarse volviendo necesaria y articulada las combinatorias de esos elementos. Sin embargo, la contingencia de esos elementos, en este caso la Maciel, persiste.
La Maciel más que un personaje, que responda a determinada lógica reconocible en lo real, es la produción de una mujer, su artificio. En ello, creo, está cifrada su verdad. Ella -como todas- es maquillaje, no es más que lo que se ve de ella. Y por saber esto, tiene una comprensión y dominio agudísimo de su imagen. Si está adherida a lo que se ve de ella, es porque es lo que la sostiene. Por eso la Maciel tiene que ser travesti, porque es en lo otro de sí (el "hombre") donde la femeneidad mejor se revela.
Pero todo esto que digo no pasa acá, en el orden de estas palabras. Son intentos míos de captar algo de lo que hace Hernán. Quiero decir la Maciel pasa, atraviesa, se vuelve verdadera en la actuación de Hernán. Hernán es la Maciel. Su composición está atravesada por una apropiación súper ingeniosa de gestualidad y ser de tías, señoras, solteronas pueblerinas. Madres sutitutas digamos, que revelan que la madre es eso, un lugar. Imaginate todo ese abanico expresivo, alentado por yacimientos emocionales estallados y destreza técnica.
Y yo me siento y me voy a sentir siempre contento y orgulloso, de que en la Maciel, Hernán pueda desplegar y reunir muchísimas de sus posibilidades de actuación. Haber ubicado y podido articular ese espacio, como también el espacio para cada una de las actrices y actores de la obra, es algo que para mí justifica todo el esfuerzo que implicó hacerla. Porque es un espacio que no sólo nos justifica en el escenario, sino que lo hace con nuestra existencia. Justifica que trabajemos de otra cosa, para después poder juntarnos a ensayar. Por eso, la Maciel está dedicada a todos los que el teatro es el trabajo que empieza después del trabajo.

4.- Cómo elegiste a los actores para cada personaje ???

Más que de una elección, se trató de una imposición. Hay voluntades de actuación y poéticas que se imponen. A mí me golpearon Meli, Cata, Clarita, Mary, Fede y Hernán. Arriesgo por su belleza, pasión y técnica, quizás, pero no sé de dónde traen esa fuerza. Habría que preguntarle a ellos. Hay algo en cómo se ubican con respecto a su deseo y los niveles de compromiso que misteriosamente compartimos. Cuánto soporta la incertidumbre y las verdades que la actuación le revela. Cuán dispuesto se está a abandonar lo que sabe, a sacrificar la subjetividad. Llegar puntual a un ensayo. De esas cuestiones se interesa mi elección, y creo que para La Maciel no podría haber sido mejor.
Después cada personaje fue configurándose en el intercambio de riesgos en cada ensayo. Y para que esto se diera, teníamos que mantener lubricado y erotizado el vínculo. Y eso se nota en la obra, porque en ningún momento te baja la pija. Es una lógica que comparte el verso poético, el próximo siempre será mejor. Y la obra, creo que en esto, cumple.

5.- Que dificultades y que satisfacciones te produjo actuar y dirigir a la vez??
Entiendo que a la actuación y a la dirección, por ser prácticas distintas se les revela la verdad de maneras diferentes. Quizás esa verdad, es lo que tienen en común y lo que trafican en ese comercio sexual del que hablaba antes. Por eso, en un ensayo un actor puede ofrecerle, revelarle al director aquello que permite la comprensión de lo que le resulta confuso. Y por otra parte, el director con ese handicap que se desprende de su lugar, por estar “fuera” de la escena, puede ver cosas que a los actores se le ciegan. Allí surgen riesgos que pueden acercar al director a que sienta que es Dios. Él puede verlo y saberlo todo. Pero justamente como Dios, para verlo todo debe volverse invisible. No se ve, y eso después de crear el mundo resulta lógicamente para el Director injusto y angustiante. Supongo, no sé qué pensará Dios al respecto. Cuando entré a actuar, tuve que resignar esa mirada, renunciar a la ilusión de verlo todo.
Por eso entiendo que mi operación tiene una deuda más cristiana. Pero con final feliz. Digamos que en la disposición del mundo que proponía, yo bajé a someterme a esas reglas. Nací en algo parecido a una cueva, o la posibilidad de una cueva en una ciudad: un sótano. Que es la sala Cámara del Teatro. Allí me encontré con el infierno y esos hombres que aman el sacrificio como son los actores. Quisieron crucificarme porque les dí la noticia de que su Padre había muerto. Pero por alguna razón, no me mataron. Supongo que porque como ellos eran actores se dieron cuenta que yo también era un impostor. Un ladrón como el resto. Así que dividimos la fortuna -que era poca- y festejamos.
6.- Cuáles son tus próximos proyectos ???
En la producción de la Maciel fueron apareciendo inquietudes que pretendían dispersarme del trabajo. Querían capturar mi atención viste, arrasarme. Yo les respondía con indiferencia y las entretenía con promesas de un amor futuro. La figura de la tentación que aparecía en ese entonces y a la que voy a entregarme es el lenguaje de la danza. Quiero investigar sus posibilidades. En la próxima obra que estoy articulando pretendo ser más sintético, que los elementos en los que mi obsesión me ponen a trabajar se vean cada vez más limpios. Van a ser otros, el lugar del Padre, dos hermanos y una mujer en un Desarmadero. Quiero descansar un poco para entregarme a ellos. Pero sé que tengo que ser más económico, o mejor, utilizar la economìa contraria a La Maciel: voy a despejar elementos. Creo que eso va a favor de la radicalización de mi propuesta estética. Creo que así como todo lo que aprendí en la obra anterior (Gendarmes) se ve en la Maciel, en la que viene todo lo que entendí y sigo apreniendo de la obra va a adelantarme. Espero que acompañen la investigación.

Comentarios

  1. Alto vuelo altísimO
    a
    tra
    vés
    de toda
    superficie
    leones rientes

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