Entrevista a Ariel Monteleone (Teatro)

Entrevistamos a Ariel Monteleone, autor y director de “Le Grand Tour”, obra teatral que se presenta todos los sábados a las 22 horas en "La manzana de las luces".

1.- ¿Cómo empezaste a relacionarte con el teatro?
 Empecé a relacionarme con el teatro de una forma muy tímida a los veintiún años. Yo cursaba el segundo año de la carrera de sociología en la UBA y al mismo tiempo asistía una vez por semana, los sábados al mediodía,  a un curso de teatro en el C.C.Rojas. Claramente, me lo tomaba como un pasatiempo. Jamás pensé que me iba a dedicar a la actuación y mucho menos a la escritura o la dirección. Mi objetivo era ser sociólogo. Lo logré, me recibí de sociólogo pero jamás ejercí y aquí estoy ahora, metido de lleno en el mundillo teatral.

2.- ¿Quiénes fueron tus maestros?
 Mis maestros fueron Ariel Barchilon en dramaturgia, Rubén Szuchmacher, Jorge Gusman y Bernado Cappa en dirección, Monica Bruni y Jorge Gusman en actuación.

3.- ¿Cómo fue la dramaturgia de la obra? ¿Por qué el nombre “Le Gran Tour”?
 Yo asistí tres años al taller de Ariel Barchilon y en ese tiempo había logrado escribir decenas de escenas de una obra que tenía cinco personajes, a lo último ya no daba más, me daba cuenta que no podía continuar, que estaba totalmente trabado y angustiado. Esto mismo se lo transmití a mi maestro y él me dijo que no me agobiara, que dejara descansar la obra y que escriba otra cosa. Así fue como empecé a escribir “Le grand tour”, dos personajes, un espacio, un conflicto; quería escribir algo simple, en una palabra quería escribir, quería jugar. El resultado fue que en dos meses escribí la obra, lo que con la anterior no pude en dos años.  La obra rápidamente se me empezó a armar, tenía una pequeña escena madre y la respeté, luego a través de diferentes ejercicios dramatúrgicos que yo conocía comencé a escribir frenéticamente varias escenas, una atrás de la otra. Cuando me quise acordar ya tenía una obra en mis manos.
Con respecto al nombre de la obra podría decir que fue lo último que me apareció, vino al final, sin embargo, tiene su fundamento. Para comenzar el titulo esta en francés cosa que me gustaba porque hace juego con toda la cultura francesa de Buenos Aires, luego, la obra trata de un viaje, de un viaje sin sentido, hacia ninguna parte pero hacia todos lados. Vamos a ver, haciendo un poco de historia, podríamos decir que el turismo moderno comenzó allá por el 1600 y constaba de un itinerario de viaje por Europa el cuál fue especialmente popular entre los jóvenes británicos de clase media-alta, considerándose que servía como una etapa educativa y de esparcimiento. Entre estos jóvenes se encontraba el británico Felipe Stanhope de Chesterfield. Ahora bien, qué tiene que ver todo esto con la obra, pues mucho. En primer lugar, la obra hace referencia al inicio de lo que yo podría llegar a denominar el turismo pos-moderno, esto es, a modo de ejemplo y como ciertas propagandas de tv lcd actualmente lo explicitan, “Salí a tu casa”, es decir, no vayas al cine, quedate en tu casa y miralo; no te traslades hasta el museo, podes realizar la visita virtual 360° (esto es muy conveniente cuando el museo es el Pompidou o cualquier otro que se encuentre a miles de quilómetros); finalmente, el paroxismo de todo esto podría llegar a ser google earth/maps, con el cual, mediante el “hombrecito” puedo trasladarme a cualquier lugar del planeta y “sentir”, efectivamente, que estoy ahí. Ya no necesito viajar para viajar. Viajo sin trasladarme. Este fenómeno puede emparentarse con un concepto sociológico llamado “desterritorialización” el cual consiste en que un sujeto puede estar en un lugar pero también en otro al mismo tiempo, en otro lugar que ya no respeta el aquí y ahora de su presente corpóreo (esto pasa todo el tiempo cuando nos fugamos de nuestro aquí y ahora para mandar un mensaje de texto o whatssapear por poner un ejemplo). Si a esto le agregamos el concepto de “No lugar” de Marc augé tenemos el combo completo (en la didascálica de inicio, yo escribí que los personajes se encuentran en un bosque perdido en el tiempo y el espacio). Finalmente, en la obra hay un sillón tipo Chesterfield, estos sillones se encuentran entre los más caros del mundo, si no vas a salir de tu casa que sea en un Chesterfield, el sillón es la maquina que me permite viajar, es la que se ubica en frente del televisor o mientras sostengo una tablet, ocupa un lugar central en nuestra vida, pasamos horas sentados en el sillón viajando por el mundo.
De eso se trata un poco todo esto, un titulo en francés, un lord inglés, una obra hecha en Buenos Aires,  todo eso junto, una pluralidad de culturas conviviendo simultáneamente salvando las distancias entre unas y otras. La tecnología hace posible esto, la era de la comunicación lo aceleró, esta es una obra, quizás de la globalización.
Para terminar e ir a lo puntual luego de mi reciente digresión, al terminar de escribir la obra, existía un objeto que ocupaba un lugar central en el relato, hablo del sillón tipo Chesterfield, comencé a buscar por ahí, y llegue a Lord Chesterfield quien a su vez había sido uno de los primeros jóvenes ingleses en realizar el Grand tour por Europa. Es así como llegue a Le grand tour y como se fueron encadenando los sentidos con respecto al título.    


4.- ¿Cómo fue la elección de los actores?
 Fue un proceso hermoso la elección ya que la obra estaba pensada para dos actores pero, al tiempo que la iba dando a leer a los compañeros y familiares más cercanos comprendí que uno de los personajes podría ser encarnado por una actriz, de hecho me fui dando cuenta que de esa manera el texto sonaba mucho mejor, y así fue como me contacte con dos estudiantes de actuación de la Escuela de Teatro “Las Luces” para la cual trabajo. Ellos estuvieron chochos con el desafío y allí nos embarcamos en este viaje.

5.- ¿Cómo fueron los ensayos?
Fue un rápido y electrizante raid de trabajo, en el cual nos llegamos a juntar hasta cuatro veces por semana con los actores. Los ensayos de la obra comenzaron a fines de Enero y la estrenamos en Junio.
Por otro lado, debo decir que fueron ensayos complejos porque nadie sabía bien como actuarla o como dirigirla al ser una obra escrita en el 2013 y que toca temas tan actuales como ser el ciberespacio o los videos juegos. Nadie sabía muy bien cómo lidiar con algunas categorías de lo que podríamos llegar a denominar teatro pos-dramático.

6.- ¿Qué ventajas hay en dirigir una obra que escribiste?
Creo que la única ventaja seria que encontré fue el ahínco que le puse por ser mía (y la 
primera) y que conocía muy bien el mundo de la obra porque investigue mucho al escribirla. 


7.- ¿Cómo definirías esta obra?
Creo que “Le grand tour” se podría llegar a definir como un manifiesto apocalíptico sobre lo “virtual” en un aparente tono cómico e inocente, en donde uno de los personajes tiene una duda cartesiana sobre lo real, sobre el espacio donde se encuentran. Donde lo virtual es más real que la realidad, cada vez más alejada de nuestra experiencia sensible. El mundo de la obra se manifiestan de forma esquizofrénica, es decir, nada es lo que parece, todo puede estar y no estar, se puede ser y no ser, estar sin estar, donde nada es y todo se encuentra en potencia con una puesta que se resignifica pari passu avanza la obra hacia el vacio más concreto. Eso es Le grand tour, una obra absurda que juega con el lenguaje, los iconos, los signos y los símbolos. 


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